Durante años, la agricultura intensiva fue considerada un sistema vital para obtener alimentos en un mundo que no dejaba de crecer y prosperar. A base de productos químicos y explotar la tierra hasta la extenuación se consiguió un suministro de alimentos con un coste bajo que permitía hacer frente a la escasez de alimentos de aquel momento.
Desafortunadamente, esa solución no solo no es válida a día de hoy, sino que, además, arrastra graves problemas como consecuencia del daño al que el medio ambiente se vio sometido.
Es necesario proteger el medio ambiente y la salud humana cuando se realiza la agricultura. En EOSDA creemos que la solución para una producción eficiente y respetuosa con el medio ambiente es la agricultura de precisión y hay datos fundamentales que así lo corroboran.
La agricultura es todo lo relacionado con el cultivo de plantas y animales
Desde un punto de vista técnico, la agricultura está estrictamente relacionado con el cultivo de plantas, pues es la ganadería la rama que se encarga de la producción de materias primas relacionadas con los animales.
No obstante, la agricultura puede realizarse para cubrir las necesidades alimentarias no solo de las personas, también de los animales. Además de pienso ya “preparado”, la agricultura puede apoyarse en semillas modificadas genéticamente para aumentar la capacidad de producción de alimento para los animales. Además, un agricultor moderno piensa en proteger a la fauna y el medio ambiente, incluso si su producción no está destinada a ellos de forma directa.
Los agricultores modernos se preocupan por la tierra y los recursos naturales
Sin la preservación y protección del medio ambiente, es imposible que un negocio agrícola sea productivo a largo plazo, así como de la más alta calidad. Al hacer uso del agua y otros recursos naturales locales, la contaminación de estos no solo afecta a la calidad de los cultivos, también a la salud de los agricultores de forma directa.
La idea de la agricultura sostenible es proteger la tierra para que ésta dure el máximo tiempo posible. Si imaginamos un campo agrícola como nuestra propia casa, nos gustaría que, al cabo del tiempo, su condición sea tan buena como el primer día, si no mejor.
El cultivo de árboles en las granjas aumenta el rendimiento de la cosecha
Esta afirmación es completamente cierta, claro que depende del tipo de árboles cultivados. Hay diferentes beneficios de cultivar árboles junto al campo. El primero es, naturalmente, protección. Al ser más altos que la cosecha, protegen a los cultivos contra el agua y el viento y la erosión que estos provocan en el suelo. En segundo lugar, cuando sus hojas se caen en otoño se convierten en materia orgánica que las plantas pueden aprovechar para crecer. Y, en tercer lugar, si la elección del tipo de árbol es correcta, pueden fijar nitrógeno al suelo que, posteriormente, será utilizado por los cultivos.
Los pequeños agricultores son clave en la seguridad alimentaria
Los pequeños agricultores son una parte importante de la producción de alimentos, especialmente en países no autosuficientes. En la mayoría de los casos, estos agricultores tienen mercado de sobra en el caso de que decidan cultivar opciones básicas como el trigo o el maíz.
Sabiendo de los problemas de algunos países para producir su propio alimento, ya se está empezando a considerar la idea de ayudar a estos pequeños agricultores a ampliar su tierra de cultivo de forma legal, así como un mayor acceso a tecnología e inversiones en infraestructuras.
La agricultura moderna ya es altamente tecnológica
La tecnología lleva un tiempo siendo una pieza fundamental de la agricultura. Desde modestos sensores colocados en el campo hasta impresionantes y complejos drones, pasando por dispositivos móviles al recorrer el campo, maquinaria automatizada, robots o sistemas automatizados en invernaderos.
Estos avances tecnológicos son precisamente los que hacen que la agricultura sostenible no sea un mero concepto o idea, sino una realidad tangible que está llamada a ser la evolución lógica del sector desde ya.
La protección del medio ambiente y la agricultura sostenible dependen de otros muchos aspectos no mencionados aquí. Reducir el desperdicio, minimizar el uso de químicos y pensar en la salud humana y medioambiental son algunas de las medidas que nos acercan de forma paulatina al objetivo.