Abigail Páez, una de las asesinas de Lucio Dupuy, rompió el silencio desde la cárcel de San Luis en la que está alojada junto a Magdalena Espósito Valenti, su expareja. “Tengo miedo de que lastimen a mi familia y temo por cómo les pueda afectar la información que se filtró”, afirmó en declaraciones a Infobae.
Las dos mujeres fueron encontradas culpables del homicidio agravado por alevosía y ensañamiento de niño de 5 años. Pero Páez, además, resultó condenada por abuso sexual, un delito que la defensa busca derribar.
Sin embargo, el 26 de noviembre, cuando llegó al Hospital Evita cargando el cuerpo de Lucio le dijo al médico que constató la muerte que “lo habían violado”, en el contexto de un supuesto robo. A los vecinos que la habían trasladado hasta allí en auto les había dado la misma versión.
Esa sola mención, como parte de su coartada, es para los jueces prueba de que Páez fue responsable del abuso sexual que registró el forense Juan Carlos Toulouse en el informe de autopsia.
Páez se enteró de la condena por teléfono ya que habían optado por no presenciar la lectura de la sentencia en la sala del Tribunal de Audiencia de Santa Rosa, en La Pampa. Ambas prefirieron quedarse en la provincia vecina por temor a las represalias y a perder su plaza en una prisión en la que se sienten seguras: el Centro de Detención de la provincia de San Luis.
Sin embargo, tras la noticia hubo un incidente en el penal en el que está siendo asesorada para comenzar un tratamiento hormonal transgénero. “Me quisieron atacar”, contó pero no dio más detalles.
Tras la condena y la exposición mediática que tomó el caso, ahora teme por la integridad física de su familia, pero también dice estar angustiada por cómo pudo impactar en su familia la difusión de las pruebas ventiladas en el debate y que tomaron difusión mediática en las últimas semanas.
“Me causa dolor el maltratamiento de los medios”, dijo la mujer que recibirá prisión perpetua. La razón es que su madre y sus tres hermanos desconocían las evidencias en su contra.
Del otro lado, la familia de Lucio pudo encontrar un poco de paz con la condena que pidieron a la Justicia. Aunque para Ramón, su abuelo, “no hay nada que celebrar”. Es probable que Silvia, su mujer, regrese este domingo, como cada domingo, al cementerio de General Pico a dejar flores blancas en el nicho donde descansa su nieto.