En tanto, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 15 millones de personas sufren un evento vascular cerebral al año en todo el mundo. De este grupo, 5 millones mueren y otros 5 sufren una discapacidad de por vida. Así, el ACV representa la cuarta causa de muerte y la primera causa de discapacidad en el mundo.
“Movete contra el ACV” es el nombre de la iniciativa que se realizará el 30 de octubre, un día después de la fecha mundial instaurada desde el 2008 para informar y concientizar sobre esta enfermedad.
La iniciativa, organizada por el Grupo Medihome, consiste en charlas abiertas y gratuitas y caminatas entre las 10 y 12 en las provincias de Entre Ríos y Salya y en las ciudades de La Plata y Tandil.
El 87% de los ACV es del tipo isquémico, cuando un coágulo sanguíneo bloquea un vaso del cerebro, y el resto es del tipo hemorrágico, originado por la ruptura de un vaso sanguíneo hacia dentro del cerebro.
En ambos casos, en apenas minutos, las neuronas se debilitan o mueren porque las células nerviosas no pueden funcionar sin oxígeno.
Paola Caro, Directora médica de Vittal, dijo que la hipertensión arterial es uno de los principales factores de riesgo y está presente en casi el 80% de los pacientes que sufren un ataque cerebral en el país.
“Además, el 22% de quienes tienen un ACV son diabéticos”, detalla la médica y agregó que el peligro “aumenta entre un 50% y un 70% en fumadores” y que el impacto es mayor en las mujeres, mientras que otros factores de riesgo son el colesterol alto y el alcoholismo.
Los signos de un ACV son: Debilidad o sensación de que se duerme un lado de la cara, un brazo o una pierna, especialmente del mismo lado, aturdimiento, dificultad repentina para hablar o comprender, problemas para caminar, problemas repentinos de visión en un ojo o en ambos, mareos, pérdida de equilibrio o falta de coordinación del cuerpo (por ejemplo, querer agarrar algo y no poder) o dolor de cabeza muy fuerte y repentino.
Caro detalló que una vez producido el ACV “cuanto más rápido reciba asistencia médica, aumentan las probabilidades de que la persona se recupere y/o solo le queden secuelas leves”.
En este sentido explicó que 8 de cada 10 ACV pueden prevenirse y casi el 80% se pueden prevenir mediante hábitos de vida saludable.
Valeria Muda, directora de Medihome, sostuvo que tras la pandemia “sumamos como indispensable fomentar el vínculo con nuestro propio cuerpo y con otras personas” y añadió que “debemos ser más más conscientes de la relación con el ambiente, que se ha demostrado que impacta en nuestra salud.
Por su parte la divulgadora científica Gabriela Ferretti dijo que la pandemia generó cambios en nuestra rutina que impactaron negativamente a nivel físico y mental.
como el cambio a teletrabajo o incluso la pérdida del trabajo mismo, distanciamiento físico, sedentarismo, desestructuración de las pautas horarias, aumento de calorías consumidas y disminución de las consultas médicas de control de patologías crónicas prevalentes.
“Esto generó ansiedad, depresión, angustia e irritabilidad y por otra parte aumento del peso corporal y desajuste del control de enfermedades como la hipertensión arterial y la diabetes, entre muchas otras”.
Y destacó que la realización de actividad física de manera regular, al menos 30 minutos diarios, es lo recomendable, como así también el hábito de incorporar alimentos saludables como el omega 3 de pescado, nueces, semillas, verduras de hojas verdes, zanahorias, tomates y paltas ayudan a prevenir la enfermedad.
Fuente: Télam