El presidente Alberto Fernández mantendrá este lunes una reunión bilateral con el primer ministro británico, Boris Johnson, encuentro que concita especial atención luego de la reciente resolución del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas que instó a la reanudación de las negociaciones por la soberanía de las Islas Malvinas.
En el marco de la cumbre del Grupo de los Siete (G7) que se realizará hasta el martes en el castillo bávaro de Schloss Elmau, el encuentro se desarrollará desde las 17.45 del lunes (hora de Alemania) y cada mandatario podrá estar acompañado por dos personas de su comitiva. Según las primeras informaciones, la reunión bilateral fue “solicitada por el Reino Unido”.
Fuentes del Gobierno manifestaron que “se verá cuáles son los temas que llevan los británicos a la mesa”, pero aclararon que “la agenda de la Argentina es obvia, más aún cuando venimos de aprobar la resolución Malvinas del Comité de Descolonización”. La última semana, ese órgano de la ONU aprobó por consenso una resolución que llama al diálogo por la soberanía de las Islas Malvinas y restantes archipiélagos bajo control británico.
Durante ese encuentro celebrado en Nueva York, el canciller Santiago Cafiero sostuvo que ya era “momento que el Reino Unido deje en las páginas de la historia su ejercicio de potencia colonial” y afirmó que “la comunidad internacional debe actuar o será cómplice de la doble moral”. Además, agregó: “Para el Reino Unido, Malvinas es dominación, especulación y oportunismo; Para mi país, es soberanía, justicia y dolor por nuestros caídos”.
Antes de que se conociera la realización de la bilateral, se había adelantado que la temática de Malvinas aparecería en alguna de las intervenciones que realizará el presidente Fernández, ya sea durante sus discursos en las mesas de debate o en el plenario en el que los mandatarios intercambian impresiones en modo de diálogo.
En los últimos meses, y al cumplirse 40 años de la Guerra de Malvinas, hubo nuevas manifestaciones que abrieron polémica de parte del Reino Unido. Por ejemplo, en marzo, en un informe sobre política de Defensa elevado por la administración de Johnson a la Cámara de los Comunes, se indicó que las Fuerzas Armadas británicas “disuadirán y desafiarán las incursiones en las Aguas Territoriales de Gibraltar Británico” y “mantendrán una presencia permanente en las Islas Malvinas, la Isla Ascensión y el Territorio Británico del Océano Índico”.
Ante ello, el Gobierno nacional, vía Cancillería, respondió entonces que “la República Argentina sostiene una vez más que el Reino Unido debe escuchar a la comunidad internacional que promueve el fin del colonialismo en el mundo y que en particular en el caso de las Islas Malvinas ha planteado, a través de la Resolución 2065 de Naciones Unidas, que el camino para la solución del diferendo por la soberanía es el diálogo bilateral”.
“Las consideraciones postuladas por el primer ministro Johnson reiteran la tradicional mirada colonialista del Reino Unido sobre las Islas Malvinas y el conjunto de posesiones británicas alrededor del mundo y para la Argentina no expresan novedad respecto de la política colonial británica. Bajo el argumento no reconocido por las Naciones Unidas de defender el ‘derecho a la libre determinación’, Reino Unido sostiene la ilegítima presencia en el Atlántico Sur, con el objetivo de apropiarse de las riquezas que allí existen y controlar tanto el acceso a la Antártida como del pasaje bioceánico entre el Atlántico y el Pacífico”, enfatizó el Palacio San Martín.
Luego, el dos de abril, día de inicio del conflicto armado en 1982, Johnson dijo en Twitter: “Un día como hoy hace cuarenta años la junta militar argentina invadió y ocupó las islas Falklands (como Inglaterra llama a las Malvinas)”. Y añadió: “Esta primavera vamos a agradecer y recordar a todos aquellos que lucharon y murieron para liberar a estas islas y a su gente. Nuestro compromiso con ellos es tan firme como lo era en 1982″.