Lo invito a que adivine quién dijo: “Ya pasó el tiempo del hiperliderazgo, hay que aprender a compartir. Cada hombre debe liderarse a sí mismo. Solamente podrán alinearse con la empresa si forman un equipo con ella”.
Seguro que no adivinó: El que esto sostiene no es ningún gurú del Management ni del mundo académico, sino el ex futbolista Jorge Valdano.
Para encontrar pequeños secretos de conducción a aplicar en su negocio, estudie como funcionan los equipos de fútbol exitosos.
Tenga en cuenta que el autismo o personalismo tienden a negar la naturaleza de un equipo, solamente limita el alcance de objetivos de mayor magnitud y jerarquía. No neguemos al grupo, valgámonos de él, el horizonte es mucho más propicio a partir de la unión de muchos esfuerzos.
Por qué no tomar como ejemplo el Fútbol, donde en el Equipo no hay jugadores más importantes que otros, cada uno es importante por lo que aporta y por el rol que desempeña.
Lao-Tsé, filósofo chino, le preguntaba a sus discípulos: “¿A que debe su grandeza el río?; A que tuvo la habilidad suficiente de ubicarse por debajo de todos aquellos afluentes del cual se alimenta y crece”.
Es decir, tan sólo no negó la naturaleza de un equipo (afluentes), si no que además tuvo la generosidad de ubicarse por debajo de ellos (grandeza y humildad).
Una vieja expresión de la cual nos valemos es la que sostiene que “los errores se pagan caro”; instintivamente reaccionamos de una manera agresiva ante el error del subordinado gritándole como si fuera sordo, traicionándonos con nuestro instinto autoritario.
A continuación deseo detallar siete (7) recomendaciones a ser aplicadas en caso de errores:
1. Ante un error, empiece con un elogio y un aprecio.
2. Hable de sus propios errores antes de marcar el de los demás.
3. Permita ante un error de la otra persona, dejar a resguardo su dignidad.
4. Elogie y destaque el más pequeño progreso.
5. Dele su justa medida al error cometido; no lo magnifique.
6. Antes de una reprimenda, piense en las causas que generaron el error.
7. Verifique si este error ya fue cometido antes, y de ser así, ¿por qué?
Un alto porcentaje de errores se debe a la falta de conocimiento, la mayoría de las personas dan por sabido lo que ellas conocen o lo que es obvio, pero la realidad nos marca otra tendencia, creer confiadamente en la competencia y experiencia ajena sin tomar recaudos previos es decididamente peligroso.
En muchas ocasiones presenciamos severas reprimendas por parte de los superiores hacia sus subordinados al haber realizado defectuosamente una tarea determinada; el error aunque parezca paradójico no estuvo en la falta de voluntad o esfuerzo, si no en el hecho de que la tarea aunque parecía simple, para quién tuvo que realizarla no lo era. Un amigo mío sostenía con ácido humor y mucha ternura que “no hay nada más peligroso que un ignorante con iniciativa”.
Y usted; ¿tiene muchos de éstos?, porque si es así, la culpa no es de ellos; la gente suele poner lo mejor de sí, pero si no le enseñamos adecuadamente…
Amigo lector, espero haber aprovechado esta pequeña ventana de comunicación para compartir con usted herramientas de gestión que espero juzgue de utilidad.