El tradicional banderazo de Newell's volvió tras dos años de pandemia. Más de 28 mil personas apoyaron al plantel.
Los nervios contenidos para los hinchas de Newell’s tienen su momento de catarsis en el tradicional banderazo que, desde 1996, muestra una fiesta por la que el mundo del fútbol se asombra. En la previa del clásico, casi 30 mil hinchas Leprosos colmaron el Coloso del Parque para darle su apoyo a los jugadores Leprosos.
A las 19:45, los jugadores llegaron al estadio, ingresaron por la visera Gerardo Martino para meterse por el córner al campo de juego y vivir una vez más, el rito Rojinegro que por más de dos años, quedó suspendido por la pandemia. Los futbolistas, cantaron, regalaron pelotas y observaron asombrados, sobre todo los que lo vivían por primera vez, del show de fuegos artificiales.
Antes de subirse al micro, el capitán y referente de este equipo, Pablo Pérez, dejó unas palabras sobre lo que vive como hincha, jugador y ahora uno de los experimentados de este equipo “La verdad que es especial para mí, desde los 5 años que vengo a esta cancha y verlo desde adentro es especial, me emociona. Me pasa apenas ni bien piso el césped”.
“La gente se ilusiona, está contenta, ve al equipo que mete y lucha, se ve reflejado y nos vinieron a dar apoyo, buena energía” expresó optimista de lo que pueda pasar el próximo domingo en el Gigante de Arroyito confiado en lo que han hecho hasta el momento junto a sus compañeros en la presente Copa de la Liga Profesional.
Claro que a pesar del buen presente Leproso, que lo tiene peleando por la clasificación en el grupo A y que viene de una buena racha, son partidos especiales dónde la realidad de cada equipo a veces no cuenta para ganar el partido más importante del semestre “Estamos bien, somos un equipo de mucho esfuerzo, eso no va a faltar. Los clásicos son partidos aparte”.