Bodega Alfredo Roca presentó este mes una renovación en el tradicional sistema de cierre de sus vinos blancos y rosados jóvenes. Tras la incorporación del ´Monoblock Isobárico de Embotellado Fimer´ dieron un paso hacia adelante implementando la tapa a rosca en los varietales Chardonnay, Rosé, Chenin y Tocai de la línea Fincas, y Sauvignon Blanc, de la línea Dedicación Personal.
El principal beneficio que este sistema de cierre aporta a estos vinos jóvenes es que permite mantener mejor su frescura, además de la practicidad y comodidad para el consumidor dado que les permite abrir las botellas fácilmente y cerrarlas para consumir el vino en otro momento.
Por otra parte, se ha comprobado que la permeabilidad al oxígeno es homogénea, un aspecto importante a la hora de considerar la evolución del vino. Asimismo, la tapa a rosca elimina la posibilidad de que el vino sea contagiado con el TCA (2,4,6-tricloroanisol) a causa del corcho.
El Monoblock Isobárico de Embotellado Fimer presenta tres grandes ventajas:
Compacticidad: las dimensiones son menores que las de máquinas separadas.
Sincronización perfecta: los movimientos de la máquina son controlados por el mismo equipo electrónico que se encarga de supervisar el funcionamiento de todo el bloque.
Economía: los costos y los consumos de mantenimiento se reducen significativamente. Los materiales han sido seleccionados cuidadosamente: las partes en contacto con el producto están fabricadas en acero inoxidable AISI304 y materiales plásticos autolubricantes de grado alimenticio, que facilitan la limpieza, esterilización, mantenimiento, y que garantizan una larga vida útil.
Bodega Alfredo Roca se suma a la tendencia de este nuevo sistema de cierre de tapa a rosca ya adoptada hace unos años por países como EE.UU, Australia, así como los vinos del viejo mundo.