El titular de la delegación Rosario de la Cámara Argentina de la Construcción, Pablo Nazar, se mostró expectante frente a la posibilidad de que se amplíe la cantidad de obreros trabajando en las obras y destacó que esa limitación “produce una falta de productividad muy grande”.
Luego de estar limitadas a 5 obreros, hace una semana y media se les aumentó el límite a las obras privadas para tener hasta 10 trabajadores, más subcontratistas y personal técnico.
Nazar destacó que es importante “que se libere la limitación de los trabajadores en la construcción; con lo que significa aplicar los protocolos por la pandemia ya genera una falta de productividad muy grande, imagínense con limitación de gente”.
El dirigente expresó que, en ese sentido, la obra pública “está liberada y no hay mucha diferencia, la gente está más cuidada en el trabajo que en su casa; trabajando la vida es más ordenada y más cuidada”.
Por otro lado, destacó la gran capacidad del sector para activarse y la inversión en el ladrillo como un permanente refugio de valor.
“Es un sector muy noble que siempre se reactiva a pesar de las crisis; es un sistema que se retroalimenta de sí mismo”, amplió Nazar.
“Cuando arrancó el aislamiento había más de 100 obras grandes paralizadas, la demanda de vivienda es enorme pero no sirve construir si no tenes a quién venderle”, explicó.
También hizo hincapié en la alarmante falta de insumos en el sector “la faltante de ladrillos, cemento, chapas y hierro es enorme, todo está faltando, porque las fábricas están con problemas por el coronavirus, hay inconvenientes con la logística y eso resiente el sistema”.
Y concluyó diciendo que “el problema de abastecimiento es porque las fábricas estuvieron paradas, algo que también pasó también con otros rubros”.