El cierre de Falabella no sólo dejó vacío el local donde funcionó la galería “La Favorita”, sino que también puso nuevamente sobre el tapete el debate sobre la reactivación comercial del centro.
En ese contexto surgió una propuesta para buscar una solución con aporte público y no dejar que la esquina de Córdoba y Sarmiento se “venga abajo”.
La concelaja de Unidad Ciudadana, Marina Magnani, fue la que impulsó un proyecto que hace una semana tuvo luz verde en el Concejo Municipal de Rosario y busca reactivar el ex local de Falabella mediante la composición de un espacio de diálogo compuesto por varios actores.
“Lo primero que proponemos es una mesa de trabajo, esa es la base”, aseveró Magnani en diálogo con este diario, al tiempo que detalló que la idea es que participen dueños de inmuebles o sus representantes, la Secretaría de Producción de la Municipalidad, el Ministerio de Producción de la provincia, representantes de los trabajadores y empresarios locales.
Para la peronista el problema no es solo comercial, sino que hay un costado social que atender. “Yo insisto en que esté el Estado presente a la hora de pensar en una salida. El privado, de por sí, si ve un plan de inversión no necesariamente va a contemplar la inclusión laboral de las personas que se quedaron sin empleo. Las empresas que estén pensando en hacer algo ahí y que genere una ganancia no van a pensar en la cuestión social de la gente que se quedó sin laburo”, apuntó.
En contraposición, el edil de Cambiemos, Agapito Blanco, emitió un comunicado de prensa en el que fijó su postura sobre el tema. “Que el Estado no se meta, nuestra ciudad cuenta con comerciantes, emprendedores y empresarios con iniciativa y capacidad demostrada como para desarrollar un proyecto que ponga en valor y en funcionamiento el tradicional edificio”, planteó.
Asimismo, desde la óptica de Magnani la intervención del Estado debe darse “sí o sí” y la postura de Blanco y compañía no es viable. “La posición de Cambiemos (en torno al proyecto que presentó ella misma en el Concejo Municipal) fue minoritaria porque es ridícula”, fustigó, y fue por más: “Cualquiera que tenga dos dedos de frente sabe que en este momento ningún privado va a reactivar nada hasta octubre, noviembre, que es cuando se anticipa que vamos a estar en un escenario de tener al 40 por ciento de la población vacunada”.
UNA ESQUINA Y VARIOS TEMAS
Cuando se supo que Falabella bajaba las persianas y dejaba sin fuente laboral a 110 personas, la Asociación de Amigos de calle Córdoba deslizó la posibilidad de convertir el local en una suerte de mercado a cielo abierto. La propuesta apuntaba a revitalizar la actividad comercial del centro.
De la misma manera, Magnani aseguró que el hecho de que la esquina quede vacía “afecta negativamente a todos los comercios que están alrededor”, mientras que también explicó que si el local permanece sin actividad durante varios meses se ocasionará un “deterioro del patrimonio y del entorno”.
“No pueden pasar cinco meses con ese edifico vacío. En ese tema tiene que estar la mirada del Estado”, insistió, y lamentó el cierre de “2000 locales” desde 2019 hasta ahora en la zona céntrica de la ciudad.
Por otro lado, sugirió una solución público-privada para poner en funcionamiento el local. “La herramienta que marca la diferencia en Rosario es el Banco Municipal, que tiene un ente fiduciario, que es la empresa BMR Mandatos y Negocios, que es del Estado. Eso da lugar a pensar la posibilidad, por ejemplo, de constituir un fideicomiso que tenga un plan de negocios administrado por BMR durante un determinado plazo de tiempo o mediante alguna otra condición de contrato”, señaló.
En ese sentido, aclaró que lo del fideicomiso no quedó en el texto definitivo del proyecto de decreto que solicitó al Ejecutivo municipal para la creación de una mesa de trabajo, y aportó la idea de que el Estado se haga cargo de “pagar los salarios” de un posible plan de negocios durante algunos meses o hasta algún plazo determinado en un contrato puntual.
“No queda otra –sentenció sobre el posible apoyo económico de la Municipalidad a una iniciativa así-. Si vamos a estar esperando a que el privado invierta… va a invertir cuando haya un plan de vacunación masificado y haya garantía de circulación de gente. ¿Quién va a invertir ahora? Necesitás que sí o sí la intervención estatal para garantizar que en plena pandemia no haya más caída de la actividad comercial”.
Por su parte, en su mensaje Blanco hizo hincapié en dejar el tema en manos de los privados y afirmó: “La Favorita, como otros comercios de la ciudad, pasaron de pequeñas tiendas a grandes negocios sin la intervención de lo público, después apareció el Estado sobreprotector, que ahogó y generó más pobres y menos trabajadores”.
Además, desestimó la posible intervención estatal y sostuvo: “Necesitamos un Estado que se dedique solo a lo que tiene que hacer, perseguir la venta clandestina, garantizar más seguridad, mejor transporte y servicios e impuestos más baratos”.
UNA ZONA A REACTIVAR
Los proyectos que giran en torno a la reactivación de las peatonales no son casuales. En sintonía con esas ideas se debate cómo revitalizar las galerías y despertar nuevamente la actividad comercial en diversas zonas céntricas. Y para ambas problemáticas Magnani acerca la misma solución: el aporte público.
“Si el sector privado acudiera al Estado para hacer un plan de estructuración de negocios para rescatar a otros lugares que están en riesgo, creo que sería positivo”, respondió la concejala al ser consultada sobre si la intervención estatal para salvar los puestos de trabajo que se perdieron con el cierre de Falabella puede convertirse en un precedente para resolver casos similares.
A su vez, manifestó la necesidad de poblar el centro para reactivarlo. “Presentamos una iniciativa para que haya incentivo fiscal a través de créditos a tasas subsidiadas para reestructurar esos edificios abandonados y generar propuestas de viviendas estudiantiles, para sectores de ingresos medios o medios bajos. Porque tenés el problema también de que hay muchos edificios viejos en el centro que están quedando vacíos”, agregó.
En esa línea, Magnani se refirió a los debates comerciales y económicos que se sucederán en los próximos tiempos en la ciudad y concluyó: “Hay que pensar a Rosario con muchísima prioridad para la reactivación pospandemia. Y ahí el Estado, te guste o no, tiene que ser un actor. Si vamos a esperar que se reactive por acción del mercado no sabes cuánto tiempo va a pasar para que eso ocurra, si es que ocurre. ¿Y qué vamos a hacer con el centro de la ciudad? ¿Dejar que los edificios de patrimonio se vengan abajo? Hay muchos interrogantes, hay que convocar a todos los actores para discutir qué hacemos con el centro”, concluyó.