La tapa a rosca no es novedad entre los amantes del vino, y básicamente porque en la era del auge de consumo (los 70 y 80), la mayoría de los vinos venía en botellas tapadas con ese sistema que, a decir verdad, nada tiene que ver con el actual, bautizado cierre Stelvin. Porque si bien los vinos de hoy difieren mucho de los de antes, es esta novedosa tapa a rosca la que permite mantener mejor la frescura de los vinos jóvenes; esos que es preferible consumir dentro de los dos años de vida.
Pero el problema no es éste, sino que primero los consumidores deben despojarse del idilio incondicional con el corcho. Pero cuando se trata de vinos de precio medio o bajo y la calidad no es la mejor, la tapa a rosca gana la pulseada cualitativa. Porque si bien existen la Stelvin común y la De Luxe, ambas son mejores opciones que los corchos colmatados o de baja calidad. Pero hay algo mucho más importante que debería derribar el mito del “plop” sin problemas, y es la practicidad. Porque para abrir un vino con tapa a rosca Stelvin no se necesita ningún accesorio. Es más, no se necesita ni apoyar la botella en la mesa. Con lo cual, si lo que verdaderamente le importa al consumidor es la calidad del vino, ¿no es mucho mejor poder abrir la botella de manera simple y en cualquier momento sin necesidad de hacer ningún tipo de ritual descorchador? Seguro que sí.
Por otra parte, elimina la posibilidad de que el vino sea contagiado con el TCA a causa del corcho. Además, aunque la mayoría piense que las bodegas ahorran costos por usar este sistema, la tecnología Stelvin es incluso más costosa que los buenos corchos naturales.
Son tantas las ventajas de la tapa a rosca que desde hace varios años en los Estados Unidos hay numerosas etiquetas de vinos blancos, rosados y hasta tintos de alta gama con tapa a rosca. Al igual que en Australia. Tendencia que rápidamente adoptaron los vinos del Viejo Mundo, sobre todo para sus blancos y rosados, aunque hoy también las emplean en vinos tintos de consumo joven.
En nuestro país, el arranque fue algo tímido hace algunos años y sólo con unos pocos blancos, ya que los bodegueros consideran mucho la mala imagen que pesa sobre los vinos con tapa a rosca.
Sin embargo, se han dado cuenta de que para derribar el mito hay que hacer buenos vinos con esta tapa y sólo así los consumidores tendrán la posibilidad de elegir y comprobar si la calidad justifica el cambio conceptual. Aquí hay sólo algunos vinos recomendados con tapa a rosca, ideales para desenroscar, servir en las copas y disfrutar. Porque estas nuevas tapas cuidan tan bien la calidad de nuestros vinos argentinos como lo hacen los corchos. Aquí cinco exponentes destacados que llevan este tipo de cierre.
NOTAS DE CATA
Vinos ordenados por puntaje y precio
85 puntos | $
Andeluna Rosé Malbec 2009 | Andeluna Cellars
Mendoza
Nadie le puede negar a Silvio Alberto su capacidad de concebir vinos best value desde Andeluna. Y tal como ya hizo con sus Malbec y Cabernet Sauvignon de altura, ahora lo hace con este flamante rosado. De color intenso con reflejos azulados, muy moderno; de aromas golosos, tan efectivos como agradables, y con ataque directo. Dice lo que quiere al primer sorbo con gracia, buena fruta y mejor vivacidad. Sin dudas, uno de los mejores exponentes rosados nacionales de hoy.
85 puntos | $$
Tomero Chardonnay 2008 | Vistalba
Mendoza
Hay muchos atributos en este blanco que quizás no se lucen del todo por la austeridad misma del cepaje y por su tenor alcohólico. No obstante, su paladar es limpio y refrescante, con buen equilibrio en el que ninguno de sus componentes sobresale. Por lo tanto, es una muy buena opción para lucirse en la mesa.
85 puntos | $$
Zuccardi Serie A Chardonnay-Viognier 2009 | Familia Zuccardi
Mendoza
No debe haber en el mercado otro vino con esta composición, algo a lo que los Zuccardi nos tienen muy bien acostumbrados. Un blanco impetuoso, pero desde la estructura y no tanto desde la expresión de la fruta, que necesita tomar aire para ser percibida. Claro que es de los que necesitan de un plato consistente al lado para ser disfrutados mejor.
84 puntos | $
Chakana Reserve Viognier 2008 | Chakana
Mendoza
Sin dudas, la fama de este cepaje, junto a su escasez en nuestras góndolas, potencia el éxito de este flamante Viognier de Chakana. No obstante, necesita abrirse en la copa para poder acomodar todos sus componentes y entregarlos de manera equilibrada. Posee buena estructura y frescura, pero sus 14,5º de alcohol empañan su tipicidad y le impiden ser elegante. Algo que quizás con el tiempo en botella (un año más) logre.
83 puntos | $$
Kaiken Rosé Malbec 2009 | Kaiken
Mendoza
Luego de tener éxito con sus Malbec argentinos, el afamado winemaker chileno Aurelio Montes se decidió a vinificarlo también en rosado. Y si bien es muy pronto para adivinar si le irá tan bien como con las versiones tintas, se puede decir que está muy bien logrado. Es expresivo, aunque no exagerado, con buena fruta roja pero a la vez con cierto nervio vegetal y una vivacidad que permanece en boca.
Gentileza de Revista EL CONOCEDOR www.elconocedor.com