La Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales, CAIR, publicó su Índice mensual de la Actividad del Mercado Inmobiliario Rural, InCAIR, de todo el país,que en octubre registró la tercera baja consecutiva del índice, alcanzando los 39,04 puntos, con una variación intermensual del 7,2%.
La base de medición es de 97,5 puntos, que corresponde en forma histórica a su pico máximo registrado en septiembre del año 2011.
“La incertidumbre en la evolución de la economía nacional impacta negativamente en la fluidez y operatividad de los negocios, con cierta retracción de la demanda y con una actitud más expectante y selectiva”, explicaron desde Cair.
A este escenario se suma la creciente inseguridad sobre la moneda de pago que afecta a las operaciones inmobiliarias con alguna financiación y se convierte en un nuevo obstáculo para cerrar los negocios.
La encuesta analiza las operaciones que se cerraron en el período analizado, consulta a las principales inmobiliarias e inversores y también analiza la cantidad de avisos publicitarios de campos, entre otros indicadores.
Para Juan José Madero, presidente de la CAIR, en esta baja ha incidido “la situación económica, el impuesto a la riqueza no ayuda y el proyecto de ley de quema de campos es vidrioso de interpretar y deja puertas abiertas que no entusiasman a comprar campos”.
“Además, sostuvo, el dólar había llegado a 200 pesos y todas esas señales confusas hacen que la demanda se retraiga”.
La actividad también se ve afectada por las dificultades para el tránsito entre provincias que genera dificultades para ver y tasar los campos, “no tenemos idea de cuántas operaciones hubieran prosperado sin las restricciones ya que hubo muchas que no pudieron ni siquiera comenzar, son cuestiones operativas”, concluyó el dirigente.