Según especialistas el clima argentino encontró niveles de calentamiento más extremo de las últimas seis décadas. La estrategia argentina ante el cambio climático.
El período entre enero y septiembre de 2021 es el séptimo más cálido y el octavo más seco de los últimos 60 años, según los datos presentados hoy por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) durante la Mesa Ampliada del Gabinete Nacional de Cambio Climático, en la que las autoridades nacionales ratificaron que Argentina presentará ante la ONU una actualización de su compromiso de reducción de emisiones de carbono.
La información fue presentada a través de una videoconferencia de la que participaron organizaciones sociales, universidades, instituciones y gobiernos locales para abordar la participación de Argentina en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 (Cop26) que comienza este domingo en la ciudad escocesa de Glasgow.
El presidente Alberto Fernández, que estará presente en la ciudad escocesa, ya había adelantado en abril de este año la voluntad de Argentina para aumentar su compromiso respecto del anuncio de 2020, en el que proponía reducir sus emisiones para 2030 a 358,8 megatoneladas de dióxido de carbono, y establecer un nuevo objetivo de 349,16 megatoneladas en ese plazo.
El séptimo período más cálido
La directora del Servicio Meteorológico Nacional (SMN), Celeste Saulo, informó que “con los datos recabados hasta septiembre el 2021 se ubica como el séptimo más cálido y el octavo más seco desde 1961, además se registraron tres olas de calor y tres olas de frío muy intensas”.
“En lo que va del año los mayores aumentos de temperatura se registraron en la Patagonia, mientras que la cuenca del Paraná presenta la bajante más extrema desde 1944 y la zona cordillerana atraviesa una importante sequía”, detalló.
Saulo apuntó que “venimos de un invierno seco y sin nevadas y en la comparación interanual se registran aumentos de las concentraciones de dióxido de carbono y metano en la atmósfera; también se manifiesta una evolución del agujero de ozono en un año en que 5 de las 6 bases permanentes que Argentina tiene en su territorio antártico marcaron temperaturas sobre cero”.
EJEMPLOS QUE ALERTAN
“El 22 de enero la ciudad rionegrina de Cipolletti marcó una máxima de 43,8 grados y hubo localidades que sufrieron olas de calor de hasta ocho días consecutivos, mientras que el 15 de junio la ciudad rionegrina de Maquinchao registró una mínima de 15,3 grados bajo cero y un día después hubo nevadas inusuales en Córdoba y San Luis; este año también hubo olas de frío en provincias como Chaco o Formosa”, ejemplificó.
La funcionaria añadió que “La cuenca del Paraná presenta en estos momentos una situación de sequía extrema o excepcional en el 64 por ciento de su extensión, y en un año seco también se vivieron lluvias extraordinarias como la que afectó a la localidad bonaerense de Dolores, donde en un solo día cayeron 276 mm que es lo que en ese lugar llueve en tres meses”.
“A nivel global la temperatura de enero a septiembre fue la más alta desde 1880, mientras que la temperatura de septiembre fue la más alta desde 1880”, completó Saulo.
EL CAMBIO CLIMÁTICO ACORRALA A LA POLÍTICA
El secretario de Cambio Climático, Desarrollo Sostenible e Innovación del Ministerio de Ambiente, Rodrigo Rodríguez Tornquist, afirmó que “la evidencia científica sobre el impacto del cambio climático aceleró la discusión política en todo el mundo, y creemos importante sostener que frente a este desafío todos los países tenemos responsabilidades comunes pero diferenciadas”.
“Entendemos que los ejes más importantes para avanzar son la concientización, la planificación estratégica, el fortalecimiento de capacidades y especialmente la participación pública”, completó Rodríguez Tornquist.
LA ESTRATEGIA ARGENTINA
La directora Nacional de Cambio Climático, Florencia Mitchell, afirmó en tanto que “la estrategia argentina para abordar esta problemática está basada en la transición energética; el transporte sustentable; la gestión de agricultura, ganadería, pesca y bosques; la conservación de ecosistemas y recursos naturales; y la transición productiva”.
“Respecto de la transición energética el objetivo es avanzar sobre la eficiencia, la resiliencia del sistema, el desarrollo del hidrógeno, la federalización, el desarrollo de tecnologías nacionales, el impulso a las energías limpias y la gasificación”, indicó.
Mitchell sostuvo que “en referencia al transporte sostenible se busca fortalecer la planificación urbana, el aprovechamiento de vías navegables, el reemplazo de combustibles fósiles y la adaptación de la infraestructura”.
“En la gestión de la agricultura, la ganadería, la pesca y los bosques se busca trabajar sobre la actividad ganadera, la deforestación, la gestión de riesgos, la diversificación de la producción, el manejo integrado de ecosistemas, y la reubicación y arraigo”, mencionó.
La funcionaria remarcó que “uno de los objetivos para proteger nuestros ecosistemas es el ordenamiento del territorio, la conectividad de paisajes, el manejo adaptativo, las tareas de restauración y la ampliación de la superficie de conservación”.
“En el eje que concebimos como territorios sostenibles y resilientes se busca avanzar en la gestión de recursos hídricos, la de los residuos y efluentes, la prevención y contingencia de eventos extremos, hábitats y viviendas sostenibles, la generación distribuida de energía, la producción local de alimentos y la infraestructura verde”, finalizó Mitchell.
Fuente: Télam