Tanto tuvieron que esperar, tanto se sufrió, tanto se lloró, que en uno de los peores momentos de la historia, Argentina le ganó a Brasil en el Maracaná y se quedó con el título de mejor de América. El gol lo hizo Di María en el primer tiempo y se quedó con su decimoquinto título continental igualando a Uruguay.
A los 2 minutos ya había un amonestado, era Fred por un patadón a Montiel. Así arrancó el partido, con pierna fuerte y dientes apretados. Los dos equipos se medían sin arriesgar tanto. Cuando Brasil parecía que de a poco se imponía, a los 21 minutos, un largo pelotazo de De Paul encontró a Di María solo y Fideo definió por arriba de Edersson para el primer grito de la noche.
Brasil comenzaba a levantar temperatura y se lo notaba nervioso a la hora de los cruces en el uno contra uno. Argentina tenía la pelota y a los 32, un gran contragolpe de la mano de Messi hizo volar al arquero brasilero cuando la pelota salió por la derecha muy cerquita del palo.
La Albiceleste levantó un vallado que no pudo penetrar el conjunto de Tité más allá de algún centro cruzado que apenas llevó peligro. Así se fueron los primeros cuarenta y cinco minutos, con una selección Argentina jugando con el libreto en la mano y no saliéndose ni siquiera de una coma.
Tité fue a buscar el empate desde el arranque con el ingreso de Firmino por el amonestado Fred. Brasil se venía y Scaloni mandó a la cancha a Guido Rodríguez por Paredes y en ese momento, Richarlison apareció sin marca por la derecha y exigió por primera vez a Martínez.
Argentina comenzaba a retroceder, Tagliafico entró por Lo Celso para adelantar a Acuña. Los de Scaloni defendían cada vez más atrás mientras que Tité mandaba delanteros a por doquier. Pezzella, González y Palacios, para cambiar un poco el aire en los últimos diez por Romero, Martínez y Di María.
Faltando cuatro minutos, Neymar lanzó un córner largo que le quedó a Gabigol quien de volea lo hizo volar a Martínez. En la contra, Messi tuvo la definición, quedó mano a mano con Edersson pero la pelota se le escapó cuando iba a definir.
Y así se fue el partido, peleando con uñas y dientes, con la ayuda divina seguramente que iluminó desde el cielo para que el Mesías se pueda quedar por primera vez con un título la selección mayor. También por Scaloni, que ante las críticas siguió trabajando en silencio y sacó chapa de entrenador. Así fue cuando sonó tanto en la tierra como en el cielo: ¡ARGENTINA CAMPEÓN DE AMÉRICA!