Desde el sector indican que debido a la depresión económica por la pandemia, la inversión en ladrillos será el mejor refugio para resguardar el capital y robustecer los ahorros.
Debido al déficit que sufre la provincia y lo diferido de la cadena de pagos, la obra pública provincial podría reanudarse el próximo año.
El coronavirus y su consecuente cuarentena obligatoria impactaron de lleno contra el sector que comenzó a replantearse la situación.
Luego de la reunión con el comité de seguimiento del proceso de aislamiento social, accedieron a habilitar las obras en siete provincias.
En la actualidad se detecta una gran inquietud e incluso intención, de asumir un sobrecosto inicial para alcanzar desarrollos sostenibles.
La realizará la desarrolladora rosarina MSR con dos de sus más reconocidos exponentes. La reactivación, la inversión, trabajo y reconstrucción económica del tejido social, serán algunos de los temas que se abordarán.
Las estimaciones indican que debido a la continuidad del aislamiento obligatorio hay cerca de 5.000 emprendimientos parados que representan inversiones por US$ 2.500 millones. Ya hay un número de posibles despidos.
Esta iniciativa pretende asegurar la salud y la seguridad de las personas pertenecientes al sector.
La firma, que comenzó a operar en este mercado en 1991, tiene bajo gestión activos por un volumen de 163.000 millones de dólares.
El documento, que se presentó en las últimas horas al Ministerio de Hábitat de la Nación, fue pensado como una alternativa de salida paulatina de la cuarentena.
Pese a la reapertura de los corralones como actividad esencial, desde el sector explican que no aumentó la demanda debido a las restricciones que vive la sociedad en general.
Participaron referentes de las instituciones involucradas y se constituyó el puntapié inicial para un nuevo diálogo y desarrollo profesional en la región.
