La construcción de nuevas viviendas en Estados Unidos se contrajo en 1,6% en septiembre, afectada por la escasez materiales derivada de los problemas en las cadenas de suministros y de mano de obra.
El último reporte del Departamento de Comercio reflejó que las solicitudes de permisos de construcción cayeron 7,7% desde a agosto a 1,59 millones, pero se mantienen sin cambios desde septiembre de 2020.
De hecho, la construcción de nuevas viviendas descendió a una tasa anual ajustada de 1,555 millones de unidades el mes pasado, su menor nivel desde abril.
Las bajas tasas de interés y el deseo de más espacio está atrayendo a los compradores, pero los costos en alza de los materiales y la escasez disparó los precios y la inflación.
Los economistas y los constructores dicen que la demanda se mantiene fuerte, a pesar de que una vivienda nueva cuesta alrededor de un 20% más que hace un año.
La construcción de departamentos también retrocedió en 5,1% de agosto a septiembre, mientras que la construcción de casas unifamiliares no tuvo variaciones con respecto a los 1,1 millones de unidades en el mes anterior.
El mercado de la vivienda se vio impulsado a inicios de la pandemia de coronavirus por un éxodo de las ciudades a los suburbios y otras localidades de baja densidad, ya que los estadounidenses buscaban alojamientos más espaciosos para oficinas en el hogar y educación en línea.
Ese empuje está disminuyendo a medida que los trabajadores regresan a las oficinas y las escuelas reabren, gracias a la vacunación contra el COVID-19. La alta inflación también está aumentando las tasas hipotecarias.
Entre los materiales más escasos están las ventanas y las cajas de distribución de electricidad, mientras que el costo de la madera comenzó a subir después de descender de récords históricos en mayo.