Estas tendencias vinculadas especialmente al público millennial intentan brindar todas las necesidades y comodidades que buscan las nuevas generaciones.
La creación de estos nuevos espacios supera el simple hecho de construir un lugar físico para trabajar o vivir, empieza a ser algo más profundo vinculado a un nuevo estilo de vida.
Algunas de los principales objetivos que intentan cubrir son la flexibilidad con la que viven hoy en día los jóvenes y su necesidad de compartir y exponer lo que hacen.
La flexibilidad queda resuelta con la posibilidad de alquilar – ya sea una oficina o un departamento – por tiempo determinado y no por contrato fijo.
Y la posibilidad de compartir la generan estos mismos conceptos en sí: grandes lugares comunes, wifi libre, bicicleteros comunes, salas de estudio, capacitaciones abiertas.
“La intención es construir muchos metros compartidos y reducidos espacios privados, de esta forma se equiparan los metros cuadrados utilizados (bajan los costos fijos) y se ofrecen mayores servicios comunes a los consumidores (compartiendo los gastos)” explica un arquitecto de la ciudad.
Además, como toda innovación, se generan beneficios para todos los que intervienen:
• Los desarrolladores obtienen prestigio por ser precursores en nuevas tendencias.
• Las inmobiliarias generan más ventas al vender los proyectos como nuevos conceptos y nuevas formas de administrar propiedades.
• Los inversores generan mejores rentas ya que los alquileres cobrados por menor tiempo (hora, día, semana) obtienen mejores beneficios.
• Los ocupantes viven o trabajan en espacios motivadores, con variedad de beneficios y todas las comodidades.
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