Llegó el verano y nuestras tan ansiadas vacaciones. Luego de tantos cambios nos preparamos para descansar. Salimos de la rutina del trabajo, los horarios y las obligaciones para entrar en un espacio de relajación y disfrute, donde seguramente también aparecerán nuevas y tentadoras opciones gastronómicas.
Por ello, es importante cuidar la hidratación y forma de alimentación para proteger nuestra salud, principalmente en este contexto de veraneo.
Lo más importante para poder disfrutar, es encontrar el equilibrio en nuestros hábitos, tratando de evitar los excesos y contemplando el día completo. Por ejemplo, si sabemos que a la noche iremos a cenar con familia y amigos, con opciones más abundantes, durante el día optemos por desayuno y almuerzo livianos, conformado por frutas y verduras.
ORGANIZAR LAS COMIDAS DEL DÍA
Es necesario organizar el día a base de cuatro comidas (desayuno, almuerzo, merienda y cena), evitando saltearnos alguno de estos momentos para que no aumente el hambre, con el cual aparece el picoteo y con esto la dificultad de elegir opciones saludables.
Consumir alimentos variados y saludables, como frutas, verduras, cereales, legumbres, lácteos (como leche, yogur y quesos), carnes (pollo, pescado, roja), huevos y aceites.
Incorporar medio plato de verduras en el almuerzo y cena, y evitar el consumo de sal o de alimentos con alto contenido de sodio.
Consumir 5 porciones de frutas y verduras de distintas variedades y colores. Las frutas nos aportan líquidos y saciedad.
Reducir el consumo de alimentos ricos en grasas y azúcares. Evitar las bebidas azucaradas.
Si aparecen las ganas de algo rico, darnos lugar para el placer teniendo en cuenta la cantidad y la frecuencia con que lo realizamos, para poder disfrutar en cada momento sin descuidar nuestra salud.
ATENCIÓN CON GOLPES DE CALOR
No olvidar que con las altas temperaturas de los meses de verano aumentan los riesgos a los golpes de calor y a la deshidratación. Para evitarlos, es necesario incorporar agua segura (potable), al menos 8 vasos de agua al día, y aumentar el aporte si realizamos actividades físicas o juegos al aire libre.
En este sentido, los más vulnerables son los bebés, niños y adultos mayores. Por lo tanto, elegir lugares frescos y ventilados evitando la exposición solar en los horarios picos de sol, ofreciéndoles agua fresca o jugos naturales, sin azúcar agregada, para mantener su correcta hidratación. No esperar a tener sed para hidratarse.
COCCIÓN DE ALIMENTOS Y ACTIVIDAD FÍSICA
Recordar la correcta cocción de los alimentos, que siempre se debe realizar con agua segura. Consumirlos en forma inmediata o conservar en forma adecuada, evitando el contacto de alimentos crudos y cocidos para prevenir contaminaciones.
La actividad física nos reconecta con el cuerpo. Si practicamos deportes, realizarlos antes de las 10 o después de las 18, con un clima más fresco, usando protector solar y manteniendo siempre una correcta hidratación.
Vamos a vivir a pleno las vacaciones, buscando la armonía y sin privarnos de lo que nos gusta. En la vuelta a casa retomamos nuestras rutinas y hábitos saludables.
Fuente: Télam por Dra Guadalupe Naveyra (MN 130112), especialista en nutrición y obesidad. @bionut_obesidad