El comportamiento de los consumidores es un 90% predecible para las empresas, de acuerdo a los resultados de un relevamiento que estudió los patrones de conducta y nuevos consumos en medio de la pandemia.
El informe -elaborado por la startup The Cyprinus- sostiene que los seres humanos repiten patrones más de lo que estarían dispuestos a admitir, y que aunque “consideran que sus consumos pueden ser originales y súper específicos, los numerosos sesgos psicológicos disponibles muestran lo contrario, con altas dosis de uniformidad en sus decisiones“.
La afirmación surgió luego de analizar vía algoritmos 170 atributos del consumidor, que van desde intereses y hobbies, educación hasta el comportamiento digital o sus hábitos en cuanto a preferencias gastronómicas.
REDES SOCIALES Y CONFINAMIENTO
Según el relevamiento, el 71% de los consumidores recurre a las redes sociales en busca de confirmación de otros usuarios, y un 75%, una vez que probó una marca luego la repite en compras sucesivas.
Debido al confinamiento, más de la mitad de los encuestados declaró que no le molestaría repetir el formato streaming en un futuro, y quienes compraron online por primera vez (37%) afirman querer repetir la experiencia.
“Este trabajo de análisis minucioso tiene un lado B. Los consumidores se muestran mucho más previsibles de lo que están dispuestos a admitir“, sostiene el informe.
Mientras que para ellos sus decisiones -y consumos- son tomados en base a razonamientos lógicos precisos, “muchas veces la emoción se apodera del proceso y no hacen más que confirmar las creencias preconstituidas o que siguen a su grupo de pertenencia“.
Influyen varios tipos de sesgos psicológicos: el efecto de anclaje, que describe la tendencia humana común a confiar demasiado en la primera información ofrecida al tomar decisiones; el sesgo de punto ciego, que es la tendencia a no darse cuenta de los propios prejuicios cognitivos y de considerarse original y de no repetir patrones.
Por otro lado, se encuentran el sesgo de actualidad que le da mayor importancia al evento más reciente y el “efecto de arrastre“, que no es otra cosa que la tendencia a hacer (o creer) cosas porque muchas otras personas hacen (o creen) lo mismo.
Télam