Las llamas arrasaban este lunes por la noche la emblemática catedral de Notre Dame de París, el monumento histórico más visitado de Europa, provocando el derrumbe de su aguja y sumiendo al centro de la capital francesa en una espesa cortina de humo.
Una multitud de parisinos y turistas estupefactos, algunos de ellos llorando y otros rezando, miraban con horror en el centro de París el lunes como las llamas devoraban la emblemática catedral de Notre Dame. El fuego se propagó rápidamente a toda la estructura superior del edificio de casi mil años de antigüedad, provocando el derrumbe de la aguja.
Inmensas llamas estaban devorando parte del techo del monumento gótico de la Edad Media, emitiendo un espeso humo amarillento que se propagaba a varios kilómetros a la ronda.
Cientos de parisinos y turistas miraban consternados el siniestro desde las orillas del río Sena, constató una periodista de la AFP. Muchos, incrédulos, tomaban fotos con sus teléfonos, mientras que otros no podían evitar derramar lágrimas. “París está desfigurada. La ciudad nunca volverá a ser como antes”, lamentó Philippe, un francés de unos 30 años de edad, que se dirigió a Notre Dame tras haber sido alertado del incendio por un amigo.
El presidente Emmanuel Macron, que aplazó un mensaje al país que tenía previsto dar este lunes en la noche en relación la crisis de los “chalecos amarillos” y se dirigió al lugar del incendio, dijo que “comparte la emoción de toda la nación”.
Varios líderes mundiales manifestaron también su consternación, entre ellos el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que calificó el lunes como “horrible” y sugirió a las autoridades francesas desplegar aviones cisterna para combatir las llamas. La canciller alemana, Angela Merkel, expresó también su tristeza por este siniestro en Notre Dame, “un símbolo de Francia y de nuestra cultura europea”.
Por el momento se desconoce el origen del siniestro, pero según los bomberos estaría “potencialmente relacionado” con trabajos de renovación de la edificación.
Una misión estaba en curso “para intentar salvar todas las obras de arte” del monumento. La catedral de Notre Dame, con alrededor de 13 millones de visitantes al año, es el monumento histórico más frecuentado de Europa y ha sido inmortalizado por Víctor Hugo con su personaje Quasimodo.
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