Un tema que nunca es coyuntural, porque es permanente y estructural, es el desempleo juvenil. Para entenderlo en su real magnitud es mejor comenzar por la otra parte. Es decir, por los que estudian y/o trabajan.
Tomando los datos de la encuesta de hogares del INDEC y observando a los jóvenes de entre 16 y 29 años de edad de Rosario, se puede decir que a grandes rasgos un 30% sólo estudia, otro 30% sólo trabaja y un 10% estudia y trabaja. El remanente es aproximadamente otro 30% que no estudia ni trabaja. Este segmento es el famoso “NI-NI”.
Pero en rigor el segmento tiene un sub-segmento que es un NI-NI que al menos está buscando trabajo. El otro sub-segmento es el NI-NI-NI que ni estudia, ni trabaja, ni busca trabajo.
En Rosario, antes de la pandemia había un 26% de los jóvenes que no estudiaban ni trabajaban, y la mayoría tampoco buscaba trabajo. Eran NI-NI-NI. Con la pandemia aumentó al 30%, pero más NI-NI salieron a buscar trabajo. Evidentemente el fuerte estrés financiero que la pandemia causó en los hogares hizo que los NI-NI salieran a buscar trabajo (sin conseguirlo).
Jóvenes que no estudian ni trabajan en Rosario
Entre 16 y 29 años
Fuente: LP CONSULTING en base a EPH del INDEC
En la Ciudad de Santa Fe, la historia fue otra. Porque partió de una base diferente. Aquí casi la mitad de los jóvenes entre 16 y 29 años sólo estudian. Un 25% sólo trabaja y un 5% estudia y trabaja. Entonces la problemática de los NI-NI ya baja a un 20% (contra el 30% que es Rosario). Esto es debido a que hay más jóvenes que estudian.
El fenómeno de que en Ciudad de Santa Fe la mitad de los jóvenes sólo estudia se puede explicar por la presencia de una universidad importante (UNL), la cercanía de la Ciudad a muchos pueblos prósperos del interior de Santa Fe y Entre Ríos, y a que Santa Fe es una ciudad más apacible, familiar y barata que Rosario, que también cuenta con una gran universidad (UNR). Esto hace que las familias del interior de Santa Fe y Entre Ríos que soportan financieramente a sus hijos en la universidad prefieran a la UNL. De hecho, se percibe que la ciudad de Santa Fe es más “universitaria” que Rosario, por la simple razón de que Rosario es muy grande y termina diluyendo su comunidad universitaria.
En lo que hace a los NI-NI, la pandemia en Ciudad de Santa Fe hizo que más jóvenes vayan al NI-NI-NI y menos al NI-NI que busca trabajo. Esto se explica por el mismo fenómeno anterior. En Rosario hay más oportunidades laborales (por eso salieron los NI-NI a buscar), en cambio, en Santa Fe, por ser más apacible, hay menos oportunidades de trabajo y los jóvenes intuyen que va a ser difícil encontrar. Máxime, en crisis económica.
Jóvenes que no estudian ni trabajan en Santa Fe
Entre 16 y 29 años
Fuente: LP CONSULTING en base a EPH del INDEC
En general, la gente tiende a asociar los NI-NI-NI con los riesgos de caer en la delincuencia juvenil. Intuitivamente, lo primero que se viene a la cabeza es que un joven que no está haciendo nada es presa fácil de reclutar por parte de bandas organizadas para el narcotráfico y la delincuencia. Ciertamente que este riesgo está presente. Pero no es el riesgo más grande.
El riesgo más grande viene por el lado de que 2/3 de los NI-NI-NI son mujeres. En general, no terminaron la secundaria, tuvieron una maternidad relativamente temprana y no desarrollaron empleabilidad. Por eso están relegadas a los quehaceres domésticos por mucho tiempo. El gran riesgo de esto es que sus hijos e hijas están altamente expuestos a repetir su experiencia. Siendo así, será muy difícil que sólo con inversiones productivas y recuperación económica se pueda traer desarrollo social. Porque muchos jóvenes no se están preparando para el mundo del trabajo.
Fuente: LP CONSULTING