Guerra Mundial Z es presentada en diferentes medios como una película de zombies. Creo que sería demasiado simplista colocarla en la categoría tradicional de este tipo de films, sino más bien los "no vivos" son una excusa para contar cuál sería el resultado de una epidemia mundial, tema que ya abordaron otras cintas, con menor o mayor resultado, como Soy Leyenda y 28 Días Después.
World War Z, tal su título en inglés, está basada en la novela escrita por Max Brooks que relata una ficticia guerra mundial contra los zombis. Durante un tiempo hubo una puja por quedarse con los derechos. Leonardo DiCaprio y Brad Pitt fueron dos de los que estaban detrás de la producción, hasta que finalmente ganó Pitt, quien también es el protagonista principal.
El actor encarna a Gerry Lane, un empleado de la ONU que se especializó en trabajos de alto riesgo en países en posguerra, aunque nunca se aclara cuál es el título que le permitió llegar a ese lugar.
Uno de los problemas de Guerra Mundial Z es que hay muchas cuestiones sin aclarar, desde el hecho de cuál fue el origen de la pandemia, cómo se propagó, y qué es lo que pasará después. Demasiados interrogantes que nunca tienen respuesta, a menos -quizás-, que exista una segunda parte.
Como dato de color, nuevamente la hija de un protagonista de una película norteamericana, sufre de asma, lo que "trata" (resalto trata) de generar cierta tensión extra, pero sólo provoca exasperación de ver una y otra vez la misma situación.
Los efectos visuales, las distintas composiciones de las escenas y el manejo de la acción, están muy bien logrados por su director, Mark Foster, a quien vimos detrás de cámara en 007: Quantum of Solace y Finding Neverland, entre otras. Y a pesar de las carencias en el relato, la película entretiene, uno de los objetivos primordiales del cine.
Con un presupuesto de 170 millones de dólares, sus escenas se filmaron en distintos lugares del mundo, entre ellos, el Reino Unido, Escocia, Malta y Estados Unidos, mostrando el carácter global de la enfermedad contagiosa.
Uno de los puntos fuertes de WWZ es que, a los dos minutos de comenzar, arranca la acción que no se detiene hasta el final. Uno de los aspectos débiles, Pitt no logra conectarse con su personaje a pesar de lo involucrado que estuvo con la factura de la película.
Norberto Sica es director editorial de IMPULSONEGOCIOS.COM