Los trailers y avances presentados a lo largo del año ya permitían intuir que “Guardianes de la Galaxia”, la nueva apuesta de entretenimiento de Marvel, iba a ser una película sin esencia.
Esto no quiere decir que no sea una propuesta de recreaciónválida. Sin embargo, está lejos -en todo sentido- de otras iniciativas de la misma factoría como “Iron Man” o “Los Vengadores”.
Con sólo repasar la trayectoria de James Gunn, responsable del guión y dirección de “Guardians of the Galaxy” (Scooby-Doo 2, por mencionar un ejemplo), es fácil entender el producto logrado.
Más allá de un guión poco sólido e intentos de humor que quedan solamente en eso, lo que más llama la atención es la torpeza visual con la que se trabajó el film: desde los efectos especiales, los planos y perspectivas, colores exagerados y una falta de realismo que hace que algunas escenas parezcan renders realizados por amateurs.
Es muy difícil poder meterse de lleno en la película cuando el sentido de la vista es agredido de esa forma.
Sin embargo, el excelente trabajo actoral de cada uno de los protagonistas, desde los más renombrados hasta los más nuevos, (Chris Pratt, Zoe Saldana, Glenn Close, John C. Reilly) hacen creíbles a los personajes con los que uno “se encariña”, especialmente el de Groot, responsable de los únicos dos momentos de creatividad óptica.
Otro buen punto para destacar es su banda de sonido. Se recurrió a clásicos de los 60 y 70 como “I’m Not in Love” de 10cc, “I Want You Back” de The Jackson 5, “Ain’t No Mountain High Enough” de Marvin Gaye y “Hooked On a Feeling” de Blue Swede, dentro de un largo listado.
Lo mejor del film se puede ver en los últimos veinte minutos, en donde Gunn remontó su performance.
Marvel ha llevado a la pantalla ideas mucho más logradas y esta es una de las más flojas. Sin embargo, y a pesar de todo, logra entretener, lo que de por sí, ya vale el precio de la entrada.
Por Norberto Sica, director editorial de #IMPULSO
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