La Universidad Siglo 21 presentó esta una semana un informe sobre cuál es la profesión más estresante, dando resultados sorprendentes, en el que compara las emociones que transitan los jugadores de fútbol durante un partido con las de un empleado administrativo.
Este estudio reveló que los futbolistas de alto rendimiento antes o después de un partido tienden a sentirse “siempre” o “casi siempre” temerosos (17.9%), intranquilos (34.1%), nerviosos (31.8%), hostiles (32.9%), asustados (23.5%) e irritables (29.4%).
Al comparar estos resultados con una muestra de más de 400 trabajadores se observó que el 85% de los trabajadores nunca ha experimentado niveles semejantes de emociones negativas. Estos datos reflejan que los futbolistas se encuentran más expuestos a emociones negativas que el trabajador promedio.
Para realizar dichas mediciones se utilizó el “Positive and Negative Affect Schedule”, un test psicológico de amplio uso en la investigación psicológica internacional. Al comparar los resultados se observan diferencias estadísticamente significativas entre los futbolistas profesionales y el resto de los trabajadores. Este fenómeno caracterizado por la sensación simultánea de emociones positivas y negativas se denomina co-activación emocional.
Aunque los estados de co-activación emocional se caracterizan por ser inestables, desagradables y discordantes, diferentes estudios sugieren que aquellas personas que logran un balance óptimo de emociones negativas y positivas logran un afrontamiento más exitoso de los estresores. Sin embargo al ser estados emocionales complejos exigen un buen manejo de las propias emociones para que estas no interfieran con el desempeño y la salud psicológica de los futbolistas.
Investigaciones de este tipo demuestran la importancia de los factores emocionales para comprender el comportamiento deportivo. Cada vez más estudios revelan que para desempeñarse de manera óptima los futbolistas no solo requieren de destrezas físicas, sino también emocionales. Las altas presiones a las cuales se suelen ver expuestos generan estados emocionales de mayor complejidad que exigen altas capacidades de regulación emocional para que estos no deterioren el rendimiento deportivo.