La pistola Bersa 380 con la que quisieron matar a Cristina Kirchner en la puerta de su casa, en el barrio porteño de Recoleta, estaba cargada.
Esa información fue confirmada por fuentes judiciales que investigan lo sucedido. En ese sentido, Tomás Rapelli, dueño de una armería, dialogó con Gabriel Pennise en Radio Boing sobre las características de la misma.
“Es de fabricación nacional y tiene dos modelos: uno que tiene capacidad para ocho disparos y otro de quince. Realmente es increíble lo que pasó, le hubiese causado un daño muy grande o la muerte. Las variables de por qué falló son muchas, puede ser por impericia por parte de la persona o por una falla de la propia pistola”, comenzó destacando.
Luego, Rapelli agregó: “Las probabilidades de fallar están, tal vez por falta de mantenimiento, o un mal uso de la misma. La falta de mantenimientos puede hacer que estén todos los movimientos internos de la pistola lentos, que no golpee el martillo con la impronta que lo debería hacer por ejemplo”.
“La munición de la Bersa 380 está compuesta por tres partes: el percutor, la cápsula y el fulminante. Indudablemente si falló el percutor es porque con seguridad tenía un problema el conjunto de resortes, martillos, etc. Es un hecho rarísimo, la pistola tiene un conjunto de municiones, no es tan pequeña, tiene un diámetro aproximado de 9mm, es un arma considerable. En general es un arma que se puede usar para defensa y para uso deportivo como tiro al blanco”, añadió.
Con respecto a los motivos que pueden haber llevado a la falla, Tomás finalizó: “Al no conocer el funcionamiento o no estar capacitado para el uso, puede haber muchas fallas. Por ejemplo, no poner bien el cargador. La persona que adquiere un arma tiene que hacer un curso para el manejo, esta persona quizás no lo tenía o la compró en el mercado negro y la quiso ejecutar a su manera”.