El Centro de Estudios Sociales y Acción Comunitaria (Cesyac), a través de su Programa del Servicio Gratuito de Asesoría al Consumidor (Sac), difundió este lunes sus primeros datos de la medición realizada en la ciudad de Rosario, tendiente a estimar el Gasto de Consumo Masivo; es decir, ponderar cuánto necesitan los rosarinos para vivir durante un mes.
Esta primera medición del Índice de Precios al Consumidor correspondiente al mes de julio de este año, será el punto de partida para que en las sucesivas observaciones se pueda ponderar la suba de precios en los productos y servicios que incluyó la asociación en su trabajo de campo en relación al mes anterior.
El Referente Técnico de la medición, Fernando García, comentó que el trabajo incluye a 33 firmas, comercios, y empresas radicadas en la ciudad, las cuales fueron visitadas o encuestadas telefónicamente. García informó que “fueron 50 productos y 17 servicios los estipulados para esta primera medición. Ahora seguramente haremos una revisión de la metodología para considerar la incorporación o no de otros grupos o artículos-servicios al IPC del Cesyac”.
Los resultados fueron los siguientes: el Monto total del Gasto de Consumo del Hogar para el mes de julio de 2010 en Rosario llegó a los $4.349,92, donde los Productos de Consumo Masivo se llevan $ 1.314,23 (es decir un 30% del total), y los Servicios Básicos para el Hogar $ 3.083,54 (el 70% restante).
A su vez, dentro de cada capítulo, los números fueron los siguientes:
I. Productos de Consumo Masivo: a) Comestibles Envasados: $ 510,34, b) Carnes: $ 418,84, c) Frutas y Verduras: $ 141,73, d) Bebidas: $ 154,53, e) Productos de Limpieza: $ 88,80.
II. Servicios Básicos para el Hogar: f) Alquiler e Impuestos: $ 1.312,44, g) Servicios Vivienda: $379,57, h) Servicios Personas: $ 882,44, i) Transporte: $461,41.
Al respecto, se refirió la Coordinadora del Sac, Dra. María Laura Campás, quien precisó que “esta estimación nos aporta datos sobre los movimientos de precios a nivel local de Rosario, y esperemos que se aproxime a la realidad de muchas familias. Algunos pueden no tener auto, otros no deberán alquilar, u otros no acceden a medicina prepaga. Pero más allá de la realidad de cada uno, esta medición intenta reflejar lo que consume la clase media rosarina”.