El director del Centro de Estudios para la Producción (CEP XXI), Daniel Schteingart, consideró que la acuicultura puede ser “fundamental para el desarrollo territorial y para generar exportaciones en nuestro país”, y manifestó su desacuerdo con la prohibición por ley de la cría de salmones aprobada ayer en la provincia de Tierra del Fuego.
En su cuenta personal de la red social Twitter, el titular del CEP XXI -un organismo que funciona en la órbita del Ministerio de Desarrollo Productivo- dijo que “no está bueno festejar la prohibición de una actividad productiva”.
Al mismo tiempo el funcionario nacional destacó el “potencial gigantesco solo de la acuicultura marina (salmones más mejillones), con montos que van desde más de US$ 60.000 millones de exportaciones a US$ 600.000 millones”, en base a un trabajo del Centro Interdisciplinario de Estudios en Ciencia, Tecnología e Innovación (Ciecti).
EL POTENCIAL ECONÓMICO DE LA ACUICULTURA PUEDE LLEGAR AL PBI ARGENTINO
De acuerdo al informe del Ciecti citado por Schteingart, el potencial económico de la acuicultura marina va desde el 12% a más del 100% del PBI argentino y la actividad podría tener, en un horizonte de tiempo no muy lejano, un importantísimo impacto sobre el PBI, el empleo y la generación de divisas.
A este respecto, el sociólogo expresó que Argentina necesita aumentar sus ventas externas porque “cuando exportamos ingresan dólares al país. Cuando ingresan dólares, los riesgos de devaluar bajan. Y eso es bueno. Ya sabemos lo que pasa cuando nos quedamos sin dólares y nuestra moneda se deprecia: nuestros salarios caen y la pobreza sube”.
En ese sentido, el titular del Centro dependiente del Ministerio de Desarrollo Productivo dijo que “no creo que esté bueno festejar una prohibición a una actividad productiva. Me parece bien discutir cómo regularla, escalas, zonificaciones, pruebas piloto, modos de producción. No prohibir de cuajo”.
“Argentina necesita urgentemente crecer y para eso necesita exportar. Si no, seguiremos multiplicando la pobreza año tras año. Y por supuesto, necesita hacerlo con sostenibilidad tanto macroeconómica como ambiental. Festejar prohibiciones no creo que sea el camino”, concluyó el sociólogo desarrollista.
Fuente: Télam