Píxeles y más píxeles. En la generación de los teléfonos touch, el diseño de los equipos queda limitado a darle un marco a la pantalla, la gran protagonista al frente de todos los teléfonos, cada vez más grande, más relevante y con mayor calidad y resolución.
El gran impulsor en este aspecto fue el iPhone, que marcó una nueva generación en los smartphones touch y que en 2010 –de la mano de Steve Jobs- presentó su pantalla Retina, un nombre comercial para una resolución en aquel momento altísima.
Sin embargo desde el iPhone 4 (4S, 5, 5S, 5C) hasta llegar al recientemente anunciado iPhone 6, Apple dejó a su smartphones estancado en una densidad de píxeles de 326 ppi, que en 2010 lograba liderar el mercado, pero que hoy sin hacer cambios, queda última dentro del segmento premium.
El iPhone 6 Plus (la phablet de Apple) mejora este aspecto, aunque tampoco logra sobresalir en un mercado en donde todas las compañías avanzaron para ofrecer, en algunos casos, una nitidez sorprendente.
El líder hoy es LG, con su G3 (que llega a la Argentina en estos días) y que ostenta una resolución de 2560 x 1440 en 5.5 pulgadas, consiguiendo una inigualable densidad de píxeles de 534 ppi.
Muy cerca queda el flamante Samsung Galaxy Note 4, que ofrece también esa resolución en una pantalla de 5.7 pulgadas, resultando en 515 ppi, sin dudas una de las más altas del mercado.
Los Nokia Lumia 930 y HTC One M8 quedan muy bien ubicados con resolución Full HD en 5 pulgadas y 441 ppi en ambos casos. El Galaxy S5 tiene 432 y los Sony Xperia Z3 y el nuevo Moto X, ambos con 424. Los iPhones quedan al final del segmento premium con 401 para el 6 Plus y 326 para el iPhone 6.
Si bien no todo es resolución y densidad de píxeles, y las diferentes tecnologías como AMOLED o LCD hacen que algunos tengan ventajas de colores, saturación o mayor visibilidad a la luz del día, sin dudas la batalla por la resolución no quedará en el camino y seguirá generando avances en los próximos meses y años.
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