Desde las primeras horas del jueves se veía que los hinchas de Boca Juniors hacían cola en los alrededores de la Bombonera para darle el último envión anímico al equipo, tener ese contacto con el plantel xeneize antes del gran choque por la final de la Libertadores ante River.
Y así fue como alrededor de las 5 de la tarde comenzó la fiesta para los hinchas de Boca con una práctica abierta del equipo de Guillermo Barros Schelotto que se basó en un fútbol en espacio reducido todos mezclados.
Claro que las imágenes que se veían era la de una Bombonera rebalzante y más hinchas intentando ingresar, saltando los molinetes y desbordando a la seguridad.
Por esto, la Agencia Gubernamental de Control de la Ciudad de Buenos Aires clausuró el Alberto J. Armando, luego del entrenamiento por exceder la capacidad habilitada: se estima que había más de 60 mil personas.
Escaleras repletas, pasillos llenos de hinchas hicieron que el Gobierno de Buenos Aires clausurara el estadio. Boca, ahora deberá pagar una multa para poder volver a habilitarlo.