En años de elecciones, la producción legislativa suele ser baja o nula. Cada espacio político está ocupado en la campaña electoral y poco a legislar.
Hasta aquí, en la Cámara de Diputados se realizaron tres sesiones especiales, una ordinaria y una informativa, para que expusiera el jefe de Gabinete, Marcos Peña,
La principal iniciativa aprobada este año fue la ley de Financiamiento Político, que permite los aportes de empresas privadas a las fuerzas políticas, y establece la bancarización de esos fondos, destinados a las campañas políticas.
La realidad en el Senado nacional no dista de lo que pasa en la Cámara Baja.
LOS COSTOS DE LA POLÍTICA. El sueldo de los diputados nacionales tiene distintos componentes: “dieta” o salario básico, desarraigo y movilidad.
Un trabajo del sitio Chequeado muestra que el salario se actualiza por las paritarias de los empleados legislativos nucleados en la Asociación de Personal Legislativo (APL). A esto se suma un adicional por gastos de representación, monto fijo determinado por la Presidencia de la Cámara (que actualmente es de $ 20 mil). Por último, una suma de entre $ 10 mil y $ 30 mil extra en concepto de gastos de movilidad.
Si un legislador vive a más de 100 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires percibe un plus por “desarraigo”, el cual se calcula como el 14% del total de su dieta.
En septiembre de 2018 (último dato disponible publicado en la página web de la Cámara baja), el sueldo de bolsillo de un diputado nacional promedio fue de $ 121 mil. En adición, si vive a más de 100 kilómetros de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, percibió $ 26 mil por desarraigo y por movilidad entre $ 10 mil y $ 30 mil. La suma daría un total de $167 mil para los diputados.