Economía al rojo vivo: “Argentina es un país candidato a dolarizarse”

El tema de una posible dolarización de la economía se instaló en el centro del debate económico argentino en los últimos días.

Sin lugar a dudas, el tema de una posible dolarización de la economía se instaló en el centro del debate económico argentino en los últimos días, luego de que el precandidato a presidente libertario Javier Milei lo pusiera en agenda. El libertario anunció sus intenciones de avanzar en ese sentido si llegara a ganar las elecciones en octubre.

En este marco, un país para tomar como ejemplo de esta especie de reforma de Sistema Financiero es Ecuador. El mismo tomó el dólar como moneda oficial en 1999, y a partir de allí se ha mantenido a pesar de diversos intentos por volver a tener una divisa local.

Para conocer un poco más del tema y una opinión especializada, el ex vicepresidente ecuatoriano, Alberto Dahik, habló en Radio Boing sobre la situación económica actual de su país tras tomar a la moneda de Estados Unidos como oficial. “Ecuador está en una situación de mucha conflictividad política. Si el país no estuviese dolarizado, el gobierno socialista actualmente estaría en un camino inflacionario”, afirmó.

“La dolarización fue un factor que logró sostener la estabilidad económica, más allá del aumento del gasto público”, sentenció.

En este marco, continuó: “Si se hace una encuesta, la figura más importante del país es la dolarización. Que hubo un intento es verdad, pero la ciudadanía no quiere salir de eso”.

“En argentina en cualquier momento difícil de la economía, la gente se refugia en el dólar. La población no confía en su moneda ni en el Banco Central, es un país candidato a dolarizarse”, confió.

Consultado acerca de la forma de llevar a cabo dicho plan, expresó: “La dolarización es un proceso bastante rápido. En 24 horas se congela todo, se importan monedas y billetes y a partir de ahí comienza a funcionar el nuevo sistema financiero“.

Por último, cerró: “La dolarización limita la responsabilidad fiscal y termina marcándole al estado cuánto puede gastar y cuánto no. Para resolver la inflación se debería seguir por este camino”.