Más estados y ciudades de Estados Unidos restablecieron la orden de usar barbijo y decretaron la vacunación obligatoria contra el coronavirus en algunas circunstancias en medio de un fuerte rebrote causado por la variante Delta que disparó las hospitalizaciones a niveles no vistos desde el año pasado.
El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, anunció que desde el 16 de agosto se exigirá un certificado de vacunación para acceder a restaurantes, salas de espectáculos y gimnasios, con lo que su ciudad será la primera de Estados Unidos en crear un pase sanitario similar al ya adoptado, no sin polémicas, por algunos países de Europa.
El rebrote se atribuye a la mayor contagiosidad de la variante Delta y a la renuncia a vacunarse, tanto que el país recién alcanzó ayer, un mes después de lo pretendido, la meta del Gobierno de aplicar al menos una dosis al 70% de la población adulta.
En el sur del país, el Gobierno de Louisiana, uno de los estados con menor tasa de vacunación, ordenó que todas las personas, vacunadas o no, usen tapabocas en todos los lugares públicos cerrados, incluyendo escuelas y universidades.
El presidente Joe Biden se había fijado como meta vacunar con una dosis al 70% de la población para el 4 de julio pasado. Ese porcentaje era el extremo inferior del rango de vacunación que según estimó en un principio el Gobierno iba a ser necesario alcanzar para lograr la inmunidad de rebaño en Estados Unidos.
Sin embargo, ahora ese nivel se considera insuficiente a tal fin ya que la variante Delta constituye más del 90% de los casos y es tan contagiosa que ha permitido un resurgimiento del virus con una fuerza inesperada.
Télam