El Centro de Expresiones Contemporáneas, organismo dependiente de la Secretaría de Cultura y Educación municipal, invita a recorrer la muestra presencial “Trío Tecno”. La apertura será el miércoles 18 de agosto a las 16, con entrada gratuita por orden de llegada y respetando el protocolo vigente. Se podrá visiar de jueves a sábado de 16 a 20 hs, hasta el 4 de septiembre.
La muestra propone explorar lenguajes no plenamente transitados desde la óptica de estos tres talentosos artistas: Homs invita a Gonzalo Maciel y a Federico Gloriani a una exploración constante de lenguajes no plenamente transitados.
La obra de Gonzalo Maciel se titula “Todos los colores del horizonte“, la de Federico Gloriani “Aplicación de las leyes de la Termodinámica y de la Teoría Cinética de los Gases al estudio del arte” y la de Homs “Versos eléctricos“.
Sobre Todos los Colores del Horizonte: ¿Existirá una posibilidad de unir todos los colores del horizonte en una obra? En verdad, los colores que se ven en el cielo están compuestos por el rojo, verde y azul; los colores primarios en luz. Utilizando estos tres tonos uno puede generar toda la gama cromática visible en el firmamento, y más.
Son justamente estos tres colores los que se utilizan para generar las distintas combinaciones lumínicas presentes en la instalación. En esta búsqueda por crear su propio atardecer, Gonzalo Maciel descubrió la posibilidad de generar un sinfín de sensaciones cromáticas a través de las leyes de la física, con el recurso plástico de la luz.
Sobre Aplicación de las Leyes de Termodinámica y de la Teoría Cinética de los Gases al Estudio del Arte: Las obras Norberto Púzzolo y Mariana De Matteis (artistas rosarinxs) son estudiadas como si fuesen gases ideales, calculando su volumen, su presión y su temperatura. Una vez obtenido estos datos se ponen ambos sistemas en contacto para forzar un equilibrio térmico entre ambos.
Sobre Versos Eléctricos: Secuencia de 54 animaciones con un tiempo de exposición de 10 segundos cada una montadas en loop. Una obra de animaciones que el artista crea desde diferentes métodos logrando hacernos salir de este mundo terrenal. Las animaciones provienen de tramas trazadas sobre la pantalla o bien de dibujos hechos con tinta o máquina de escribir sobre papel.
TRÍO TECNO
Roberto Echen, curador de artes visuales del CEC y director artístico del Museo Castagnino+Macro se refirió a la muestra: “En 2012 iniciamos una propuesta: un artista de trayectoria invitaba a dos emergentes a compartir muestra en el CEC. La primera, ese año, se llamó «Papá ¿me llevás al CEC?», Adolfo Nigro –a quien recordamos con mucho afecto– invitó en esa oportunidad a Yuyo Gardiol y Ariel Torti, incipientes artistas en ese momento“.
“Seguimos con «Encuentros no tan fortuitos» donde ya la distancia no era tan extrema pero había un núcleo anfitrión, representado en este caso por Carlos Herrera, cuyos invitados fueron en esa oportunidad Studio Do Gozo y Martín Pazienzia“, agregó.
“Ahora. Recordamos aquella idea pero nuevamente desplazada. Darío Homs tiene una trayectoria que lo avala aunque primeramente desde las letras. Su producción sigue teniendo a la escritura como sustento, sólo que no desde el lugar de vehículo comunicacional ni tampoco del de la poesía en sentido tradicional, sino desde un espacio que puede resultar paradójico: el de su visibilidad. Escritura no como texto sino como huella o, en algunos casos, como momento entre esas dos instancias irreductibles (si pensamos con Foucault)“, continuó diciendo.
“Entonces, Homs invita a Federico Gloriani y a Gonzalo Maciel, quienes no están en una situación emergente si se piensa en términos de recorrido, pero sí en cuanto a la exploración constante de lenguajes no plenamente transitados. Maciel desde su obsesión con la luz reinstalando una historia que se renueva en sus producciones. Gloriani en un cruce nunca centrado entre teoría y práctica, concepto y técnica, pares que resultan constantemente asediados por sus producciones. Este es el lugar en el que se encuentran los tres: lugar lejos de la homogeneidad de las tradiciones que han recorrido y enclaustrado al arte durante tanto tiempo –técnica, estilo, poética, etc– , lejos de la identidad que los uniría en un mensaje común. Espacio que se hace común porque los tres han encontrado en formatos habilitados por tecnologías contemporáneas su espacio de producción: lugar que se hace común desde las diferencias que retroalimentan la diversidad que transita la contemporaneidad si no se queda anclado al deseo –más moderno que contemporáneo– de novedad pero sí vinculado a un principio (que también nos llega de la modernidad) que sigue habilitando esas diferencias, el de experimentar lo que emerge“, terminó diciendo Echen.