Este miércoles surgió desde el Concejo de Rosario la idea de llamar a una audiencia pública para comenzar a discutir una nueva ordenanza que regule la nocturnidad en la ciudad, para reemplazar la actual que tiene más de 20 años. Sin embargo, ese plan se cayó en la Comisión Parlamentaria.
Luego de que el tema surgiera en la Comisión de Producción de parte de los concejales de Juntos por el Cambio Anita Martínez y Martín Rosúa, la concejala del interbloque del Frente de Todos Fernanda Gigliani presentó el pedido de audiencia pública, con el objetivo de recibir a distintos cuerpos relacionados con el rubro para conocer su situación.
No obstante, al ser mencionada esa posibilidad no tuvo vuelo. La razón, explicaron desde el Palacio Vasallo a RedBoing, fue que “lleva un proceso de comisiones” previo a escuchar a los distintos actores. En la misma línea, detallaron que comenzar el proceso por la Audiencia Pública sería “anárquico”, por lo que “recién cuando esté avanzado y por definirse” el proyecto se la debe realizar.
En la misma línea hay reclamos de distintos sectores que explotan la temática y de quienes viven en las zonas con mayor actividad nocturna, como son Pellegrini y Pichincha. Asimismo, para repensar un proceso innovador se deberá tener en cuenta consideraciones claves como ubicación de los polos, y sobre todo movilidad pública, lo que implicará hablar también de las aplicaciones.
El punto de la ubicación será importante a la hora del tira y afloje. Los boliches se encuentran desperdigados por toda la ciudad, a diferencia de, por ejemplo, Córdoba y Bariloche que concentran todo en una zona específica.
La ordenanza actual de nocturnidad, coinciden entre los distintos referentes del rubro, quedó vieja. Si bien ya se había empezado a discutir en 2018, la pandemia llegó para ponerle un parate, como a tantos otros temas. “Los tiempos han cambiado. En líneas generales hay que romper la dicotomía de local bailable y no bailable y hay que plantear tres ejes claros”, comenzó un referente del Paseo Pellegrini. Ellos son factores ocupacionales, condiciones de higiene y seguridad y horarios.
La normativa Nº 7.218 fue sancionada en 2001, en una realidad en Rosario muy distinta a la actual. Por ese motivo, desde el Ejecutivo y la oposición coinciden en que “hay voluntad política de tratarlo”, y se debe “rediscutir todo”, considerando también que “la pandemia cambió todas las costumbres y hábitos”.
“La nocturnidad es un tema que lleva más de diez años de discusión sin que pueda avanzarse en una nueva normativa. Entendemos que la Audiencia Pública es una herramienta que tiende a generar un ámbito para proponer y escuchar a todas las voces. La nocturnidad es uno de los temas de mayor complejidad en Rosario, en donde convergen distintos intereses económicos, sociales, convivenciales y culturales, y en la cual participan una gran cantidad de actores”, había dicho al presentar su pedido la concejala Gigliani.
Desde las otras bancadas comprendieron que se debía acordar, al menos en mayor medida, una hoja de ruta para luego escuchar a los vecinos de la ciudad, el Ejecutivo Municipal y otras organizaciones de la sociedad civil interesadas en la temática.