Los precios internacionales del agro están altos y la guerra garantiza que seguirán así. Incluso –escenario que nadie quiere porque sería la continuación del conflicto bélico– hasta podrían seguir subiendo. La vulnerabilidad argentina viene por el lado de su política energética irracional.
Intempestivamente se produjo la invasión de Rusia a Ucrania y la economía mundial cambió radicalmente de un día para el otro. Ucrania y Rusia son dos importantes proveedores de cereales, oleaginosas y combustibles en el comercio mundial por lo que el conflicto bélico va a impactar en los precios internacionales de estos complejos productivos que, precisamente, son con los que la Argentina se conecta a la economía mundial.
La gran pregunta del productor agropecuario argentino es qué hacer. Liquidar lo más rápido posible la cosecha o ser más bien cauto. Nadie tiene la “bola de cristal”, en el sentido de que todo depende de cómo se desenvuelva el conflicto, pero algunos datos ayudan a echar algo de luz en la oscuridad.
Índice de Precios de Materias Primas Agropecuario
2001 = 100
Fuente: LP CONSULTING en base a BCRA
El gráfico muestra la evolución desde 1997 de los precios internacionales de los productos agropecuarios que exporta la Argentina. En particular, se trata de un promedio ponderado de los precios del maíz, trigo, porotos de soja, pellets de soja, aceite de soja, cebada y carne bovina. Lo saliente es que en el 2021 los precios internacionales de las exportaciones agropecuarias argentinas presentan un nivel similar al del 2012, el más alto en las últimas décadas.
Suponiendo el escenario más deseable para la guerra de Ucrania –que es, obviamente, que la guerra termine hoy mismo–, hubo destrucción física en la logística de Ucrania y sanciones a Rusia que no se levantarán automáticamente. Esto señala que la disrupción en la provisión internacional de cereales y oleaginosas de esa región se mantendrá por unos meses lo cual lleva a pensar a que los precios internacionales se mantendrán en el alto nivel que ya tienen. Si la guerra se prolonga –escenario que nadie quiere– los precios hasta pueden subir aún más.
Por lo tanto, la recomendación al productor agropecuario es ser prudente. Fundamentalmente, en las ventas a futuro. Los precios están altos y seguro seguirán en ese nivel. Si la guerra se prolonga –situación que nadie quiere que suceda– los precios futuros pueden incluso ser superiores.
¿Cómo le pega la tragedia de Ucrania a la Argentina?
Por el lado de los combustibles. Argentina en la década de los ’90 supo ser exportadora neta de combustibles. Después del 2002 hasta el 2012, siguió teniendo un balance comercial en combustibles positivo. Pero no porque exportara más, sino porque los precios internacionales de los combustibles eran muy buenos. De hecho, después del 2002 vino la política del congelamiento de tarifas con subsidios a las empresas productoras y aumento en las importaciones de combustibles.
La cuestión es que a partir del 2010 la balanza comercial de combustibles argentina se vuelve negativa. Es decir, Argentina pasó a importar más combustibles que los que exporta.
Balance comercial argentina de combustibles
En millones de USD a precios de 2022
Fuente: LP CONSULTING en base a Ministerio de Economía
El déficit comercial de combustibles fue particularmente crítico entre el 2011 y el 2014. El anterior gobierno trabajó para revertir el déficit, pagando el alto costo político de actualizar las tarifas, bajar los subsidios económicos y buscar un marco regulatorio propicio para las inversiones de las empresas productoras de energía.
Pero el proceso se aborta en el 2019 con el actual gobierno que vuelve a la política energética del 2011 – 2015 de congelamiento tarifario, subsidios económicos y déficit comercial de combustibles.
Argentina todavía no es muy vulnerable al aumento del precio internacional de los combustibles, porque exporta en el complejo de cereales y oleaginosas 6 veces más de lo que importa de combustibles. Pero si insiste con la política del congelamiento tarifario sostenido con mayores importaciones de combustibles, la situación se puede revertir y volverse altamente vulnerable.
Entre el 2011 y el 2015, el complejo de cereales y oleaginosas exportó apenas 3 veces más que las importaciones de combustibles, con precios de estos últimos “normales”. Con precios de los combustibles extraordinariamente altos, como se espera del conflicto Rusia-Ucrania, la vulnerabilidad argentina puede llegar a ser bastante más alta.
En conclusión, se está pagando el precio de una pésima política energética tomada a partir del 2002. Esta política consistió en regalar la energía sostenida con aumento de importaciones. Con una política más racional, la crisis energética mundial de la guerra Rusia-Ucrania hubiera agarrado a la Argentina exportando combustibles.
Pero la Argentina nunca se caracterizó por aprovechar las oportunidades.
Fuente: LP CONSULTING