El cheque electrónico (Echeq) -que comenzó a funcionar en la Argentina hace solo un año- en los últimos meses se transformó en uno de los principales medios de pago y financiamiento elegidos por las pymes en medio de la pandemia de coronavirus.
Entre marzo y junio pasado, el volumen de dinero operado en Echeqs aumentó 67 veces (de $ 2.167 millones a $ 138.268 millones) mientras que la cantidad de emisiones se multiplicó por 22, al pasar de 14.014 en febrero a 307.841 en junio, según datos del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
Un fenómeno similar se replicó en el Mercado de Valores (MAV) donde de las 21.402 operaciones de descuento de cheques de pago diferido -principal fuente de financiamiento de las pymes- realizadas en junio, unas 7.532 (35%) se hicieron por medio de un Echeq.
Si bien los más de 307 mil cheques electrónicos emitidos en junio representaron el 8% de los 3,8 millones de cheques físicos operados el mismo mes, sorprende su crecimiento en tan poco tiempo.
Emitido desde casi cualquier cuenta de homebanking con una cuenta corriente abierta, el cheque electrónico permite asegurar su trazabilidad; anula el riesgo de extravío, ya que se acredita de forma instantánea; puede endosarse hasta 100 veces; y permite consultar la cadena de endoso antes de aceptarlo para su gestión.
También reduce los costos operativos y evita los rechazos por fallas formales, adulteraciones, extravíos o robos.
Aunque algunos bancos empezaron a ofrecerlo el año pasado, hoy casi todos tienen al cheque electrónico como opción de pago tanto para personas físicas como para jurídicas.
Fuente: Télam