La ciudad de San Nicolás de los Arroyos, ubicada a 68 kilómetros de Rosario y 260 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, inauguró para esta temporada el Eco Parque, un circuito aeróbico de 5 kilómetros con senderos que costean diferentes lagunas, copiando las curvas del arroyo Yaguarón.
Se trata de una propuesta más de esta ciudad bonaerense, reconocida por su rica historia y el Santuario de la Virgen, que la posicionan para el turismo de escapadas de fin de semana para quienes habitan en aquellas dos grandes ciudades argentinas.
“La idea del Eco Parque surgió porque consideramos que tiene que ser un espacio de convivencia entre personas y naturaleza donde se pueda promover el respeto por el medioambiente a través de la experiencia de un paseo rodeado de agua y paisajes privilegiados”, destacó el intendente local, Manuel Passaglia.
A pocos metros del casco céntrico, donde termina el paseo costanero, comienza una nueva versión de la ciudad que vive de cara al río, y que cuenta con una gran laguna copada por kayaks, tablas de SUP y wakeboard que marcan la impronta de San Nicolás.
Un poco más adelante, la puerta de ingreso que se abre todos los días a las 7, le pone punto de partida al paseo dentro del Eco Parque.
En el trayecto, que tiene un circuito aeróbico de 5 kilómetros, los senderos que costean las diferentes lagunas copian las curvas de arroyo Yaguarón.
A lo largo del camino, la cartelería informativa acompaña a los más curiosos que quieran interesarse en las distintas especies, revivir leyendas populares y conocer particularidades que conviven entre la costa y la barranca.
Al llegar a una segunda laguna, una pasarela que la atraviesa permite caminar rodeado de vegetación flotante y aves.
Un enorme banco de madera ubicado en el trayecto invita a ver el paisaje que durante el atardecer se convierte en el punto obligado de descanso.
El camino continúa hasta la laguna Esmeralda, el espejo de agua más grande, donde se descubren diferentes sectores que invitan a tomar mates y relajarse en un entorno verde que contagia su calma.
Cuando el paseo termina, la ciudad espera con una oferta gastronómica renovada, distribuida en las calles céntricas y sus alrededores, y con destacadas opciones culturales.