Dora Do presentó, días atrás, su segunda novela. Luego de “IDA” (2019), editada independientemente, este año redobló la apuesta y publicó “El extranjero de su nombre”, solventada de la misma forma. La escritora, que brinda seminarios y talleres de escritura creativa, se luce con sus palabras y da vida a personajes e historias comprometidas que, sin dudas, generan empatía y emoción.
Con poco menos de dos décadas de escritura, su pasión e impronta la llevan a contagiar ese sentir por los libros y la vida que transcurre en el “mientras tanto” de la escritura. A comienzos de octubre, presentó este nuevo material rodeada de arte: actuaron Mayra Sánchez y Sofía Chiavazza, hubo lecturas de Valentina Lopiccolo, Olivia Bayo y Gogo Guareschi. Además, conversó con la psicoanalista Koki Sarli y cantó Sofía Maiorana. En la celebración leyeron parte de sus alumnos de La Palabra de Neptuno y cantó a capella La Negra Sound.
“Es toda gente buena, en síntesis, como Aníbal. Aníbal es un tipo querible. Creo que lo que los une es el deseo de hacer, de cambiar lo dado para construir lo propio“, le contó a IMPULSO la autora. Aníbal es Aníbal Fortachere, el protagonista que encantará con su historia a lo largo de todo el trayecto que el libro invita a recorrer.
Al momento de hacer foco en el proceso creativo, Sofía Di Fulvio vuelve a conectar con Dora Do y, desde esta faceta, repasa varios aspectos de la vida y del ciclo de la misma. Sobre este trayecto, resaltó: “Empezó en agosto de 2019, una mañana en el río. Estaba por publicar mi primer libro y fue el respiro que necesitaba para desprenderme de la narrativa de IDA. Muchos capítulos salieron de un tirón, me sentaba en la computadora y las palabras venían a mí. No sabía a dónde estaba yendo, me daba cuenta de eso en el mientras tanto de la escritura“.
A su vez, añadió: “A Aníbal lo inventé para que diga cosas que yo no me animaba. Bajo el velo de la ficción pude jugar con lo propio y con lo ajeno. En ese entonces, mi papá estaba luchando contra un cáncer y Aníbal fue un puente entre nosotros dos. A él, IDA no lo atraía, a diferencia de El extranjero de su nombre. Conversábamos sobre la trama y siempre me daba sus devoluciones. Después vino la pandemia y la muerte de mi viejo querido, Luis Ángel Di Fulvio. Dejé en pausa el libro durante varios meses, y esa lejanía me ayudó”.
“EL EXTRANJERO DE SU NOMBRE”, BUSCARSE Y ENCONTRARSE
En la primavera de 2020, la historia volvió a protagonizar la escena de la vida de la escritora, a la cual regresó con otra perspectiva. “Hice colectiva la historia para poner en discusión la problemática del libro: conversé con la dramaturga Tati Scaglione y con la psicoanalista Koki Sarli. Sin sus miradas, el libro no tendría la fuerza que lo caracteriza”, detalló la autora.
Con material en mano, afirmó: “El extranjero de su nombre es un whisky cuando estás caminando con la melancolía. El whisky te alegra por un rato, pero después, un poco te vacía. Es la historia de un tipo de pueblo que se va a la ciudad a buscar trabajo y una mujer para amar. Lo condena el nombre que le pusieron sus padres. Él quiere conquistar su identidad para empezar a poder, pero no sabe cómo”.
Al ser consultada por su sentir en torno a “prestarle la pluma” a Aníbal Fortachere para que se cuente a través de la misma, la escritora refirió: “Me sorprendí más de una vez leyendo lo que había escrito. Fue un estado de trance. La excusa perfecta para hacerme cargo de mi deseo”.
“El Extranjero De Su Nombre ya está en la calle, Aníbal salió del Telecentro!“, anunciaba días atrás en sus redes. Hoy, con su material dispuesto a ser leído por quienes así lo deseen, la autora revisa su sentir respecto de sí misma y hace hincapié en la importancia de ganar confianza, creer en ella y en su literatura, y así invita a leer, leerla, leer a Aníbal y reflexionar. Por la gran cantidad de Aníbales, de identidades y de conquistas que aguardan ser descubiertas.