Termina el segundo trimestre, habitualmente el de mayor nivel de ingreso de divisas y atesoramiento por parte del Banco Central y la falta de dólares es una realidad.
Termina el segundo trimestre, habitualmente el de mayor nivel de ingreso de divisas y atesoramiento por parte del Banco Central (BCRA) y la falta de dólares es una realidad. Los datos de mayo, con importaciones en máximos de una década y los cuestionamientos de la vicepresidenta Cristina Kirchner llevaron al Gobierno a reflotar la administración del comercio como mecanismo para frenar la sangría de divisas.
Así, este lunes se oficializará un combo de iniciativas focalizadas en un mayor control sobre los pedidos de acceso al dólar por parte de importadores, a la vez de avanzar sobre más empresas para que financien sus propias compras al mundo, entre otras.
Así lo dejaron en claro, el ministro de Economía, Martín Guzmán, junto al presidente del BCRA, Miguel Ángel Pesce, en un reunión con empresarios, que se desarrolló el viernes; se apunta a ajustar un nuevo esquema para administrar el comercio exterior.
Si bien reforzaron que su convicción de que se trata de una situación coyuntural, por el alza impulsada por las compras de energía para abastecer el mercado interno en el invierno, dieron a los hombres de negocios algunas pistas sobre el camino que se adoptará desde este lunes.
Medidas
Según trascendió, se establecerán jerarquías en las autorizaciones de importación, es decir, la idea es que se permita el ingreso de todo aquello “que sea sensible al crecimiento económico”, como insumos para los sectores productivos y todo lo relacionado a la construcción del gasoducto Néstor Kirchner.
También, se les pedirá a las empresas que hagan uso de sus propias divisas en caso de que sus casas matrices puedan financiar las importaciones que requieran.
Además, se solicitará que aquellas que puedan tomar créditos internacionales o locales en dólares, lo hagan, con la posibilidad de cancelar esas líneas crediticias a los seis meses.
Además, la llegada de Guillermo Michel a la Aduana sumará otro mecanismo para desalentar la sangría de dólares. Su designación como jefe de la DGA apunta a profundizar el control y fiscalización del comercio exterior.
Enfocará, así, tareas para detectar en la subfacturación de exportaciones y la sobrefacturación de importaciones, que usan algunas empresas para girar dólares al exterior.
Guzmán y Pesce se reunieron con empresarios
En la reunión del viernes, Guzmán indicó que, a partir de la guerra en Ucrania, se alteró la estacionalidad en el flujo de importaciones y exportaciones, y destacó que el fuerte crecimiento del valor de las importaciones de energía (US$4641 millones en los primeros cinco meses 2022 contra US$1520 millones en igual periodo de 2021) acentuó las necesidades de administración del comercio exterior.
Lo dijo ante el CEO de Mastellone, Carlos Agote; la gerente General de Unilever Argentina y Uruguay, Laura Barnator; el CEO de Molinos Río de La Plata, Agustín Llanos; el gerente General de Comunicación Institucional y Asuntos Públicos del Grupo Arcor, Adrián Kaufmann; el director Ejecutivo de la Asociación de Fabricantes Argentinos (Coca-Cola), Esteban Agost Carreño; el vicepresidente y VP Asuntos Corporativos, Legales y Compliance de Cervecería y Maltería Quilmes, Gonzalo Fagioli; y la gerente General de P&G, Gabriela Bardin. Con esos empresarios también se habló de inflación y de Precios Cuidados, que se renovará el próximo 7 de julio.
El ministro de Desarrollo Productivo, Daniel Scioli, busca administrar los pocos dólares que pueden destinarse a las importaciones y negocia con grandes empresas, incluso con Techint, para que se financien a 180 días.
El funcionario insistió en la necesidad de “exportar más” para generar los dólares que requiere el país y, mientras, “fijar prioridades, garantizar divisas para los sectores productivos y no para la especulación”. Manifestó que se abocará “empresa por empresa, sector por sector”, dijo el funcionario, quien esta semana seguirá los contactos con el sector privado.
Pesce sumó que se busca “superar el cuello de botella por las importaciones de energía a través del mejoramiento del sistema de pago y la administración del comercio, para que no haya maniobras especulativas de los que importan más de lo que necesitan o buscan estoquearse de productos importados”.