El año comenzó con el pie izquierdo para el mercado inmobiliario rural. De acuerdo al informe mensual de la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales (CAIR), que refleja la actividad del sector a través de un índice (InCAIR), el mes de enero registró el valor más bajo de los últimos ocho años.
Desde la entidad señalaron que la cifra alcanzada en el primer mes del año (20,04 puntos) también exhibió una “leve caída” con relación a diciembre de 2021, aunque reconocieron que “es esperable dado el histórico bache estacional de la época”.
De todas maneras, la baja exhibida en el arranque de 2022 refleja la compleja situación que atraviesa el mercado inmobiliario rural, de discreta actividad durante todo el año pasado. “Hubo inconvenientes generados por decisiones políticas y económicas que continúan afectando la operatoria y el ánimo inversor”, advirtió la CAIR.
Al escenario descripto, hay que sumarle el impacto de la sequía que ha generado importantes daños en muchas regiones productivas del país. “La situación climática obligó a numerosos productores a reconsiderar sus proyectos de inversión”, indicaron los empresarios del sector inmobiliario
El cepo: la principal traba en la compraventa
El presidente de CAIR, Juan José Madero, analizó la coyuntura del sector y habló sobre las perspectivas para 2022 que, a diferencia del año pasado, no contará con elecciones ni tampoco (en principio) con una fuerte implicancia de la pandemia que azota al mundo desde 2019.
“Estamos arrancando el año con una foto coyuntural de poca actividad y mucha expectativa mirando hacia adelante”, indicó. También aclaró que hay varios aspectos a tener en cuenta a la hora de analizar las operaciones que puedan registrarse en el sector.
El acuerdo pendiente con el Fondo Monetario Internacional también incide en el negocio. “Todavía no se concreta y actúa como un elemento distorsivo, generando incertidumbre y contribuyendo a cierta paralización de la actividad porque todos se mueven a partir de expectativas y un arreglo con el FMI marcaría un camino”.
Al referirse al mercado de compraventa, manifestó que tendrá un ritmo similar al de 2021, que se caracterizó por ser cauteloso y muy selectivo. “La principal traba para operar seguirá siendo el cepo al dólar, que cada vez lo cierran más, entonces la disponibilidad o el acceso al mercado de divisas es cada vez más complicado, porque las operaciones se hacen en dólares”, explicó.
De todas maneras, puso sobre la mesa una situación puntual que pueden resultar beneficiosa para el sector: “aquellos que tienen dólares quieren hacerlos valer, pero al mismo tiempo la moneda estadounidense está sufriendo una devaluación y como inversión global estar en dólares no es lo más atractivo hoy en día; entonces apostar por la tierra es una alternativa interesante porque además Argentina está en valores de piso en la actualidad y no vemos que en el corto y mediano plazo haya una modificación muy marcada del valor de la tierra”.
A la hora de analizar el mercado y la posición de cada parte, Madero mencionó que el inversor “es selectivo y que el vendedor “está decidido a vender, pero no tiene apuro por hacerlo”.
Qué pasa con los alquileres
Otro punto importante a tener en cuenta involucra a los alquileres. En este caso, el empresario destacó que los valores de los granos y la carne están muy firmes. “El mercado de arrendamientos, que es tomador de pesos, ha tenido actualizaciones positivas porque quienes tienen el dinero lo cambian por carnes o granos y, por ejemplo, el valor del kilo de novillo en un año (febrero 2020 vs 2021) subió en pesos, alrededor de un 60% tomando los últimos días de febrero”, reveló.
Y reflexionó: “de esta manera, vemos que refugiarse en carne sirvió para ganarle a la inflación y por eso la actividad productiva ha resultado atractiva desde ese punto de vista”.
Ahora bien, teniendo en cuenta el costo de producción y el faltante de insumos existente en algunos casos, probablemente “el margen quede más recortado”, según Madero. “Es de esperar que el inquilino quiera reducir el valor del alquiler respecto de la campaña anterior, el propietario se muestre un poco firme y quizás la resultante sea que los valores agrícolas se mantengan como el año pasado”, analizó.
Y concluyó: “la tendencia de los alquileres para este año da cuenta de valores similares al ciclo anterior y esto actuará como sostén del valor de la tierra por una cuestión de rentabilidad”.