El mercado entro en un momento de pausa (visagra) y está solicitándole a las actuales autoridades del equipo económico señales de cómo va a funcionar el sistema cambiario, y esto se evidencia en el comportamiento en estas últimas semanas con bajas en los precios de los bonos argentinos, seguidos de una subida de la tasa de riesgo país y alzas en la cotización de los tipos de cambios.
El sistema cambiario argentino está extremadamente distorsionado. Más allá de que existen múltiples tipos de cambios para diferentes operaciones (dólar oficial, MEP, contado con liqui, blue, ahorro, turista, etc.), si uno se concentra sólo en el dólar oficial y sólo para las operaciones de comercio exterior, aparecen también múltiples distorsiones.
Comenzando por el dólar de exportación. Al tipo de cambio oficial hay que computarle los derechos de exportación que tiran abajo su valor. Si bien el alícuota general es de 12%, hay múltiples alícuotas para diferentes productos, sectores y regiones. Las diferenciaciones más conocidas son la alícuota promedio de 30% que tiene el complejo sojero (donde al interior del complejo hay una variedad de alícuotas entre 25% y 33%), las alícuotas diferenciadas que tienen la exportación de hidrocarburos, minería, automotriz, insumos industriales y las economías regionales. Pero los exportadores también tienen el dólar “blend” (otro dólar más) por el cual liquidan 80% en el mercado oficial y 20% en el contado con liqui.
Yendo al dólar para importación, al dólar oficial hay que sumarle el Arancel Externo Común (AEC)por importación de productos que vienen de afuera del Mercosur los cuales varían entre 0% y 35%. Importaciones dentro el Mercosur son con arancel 0%. En general, para productos primarios los aranceles son bajos y para productos más industrializados los aranceles tienden a ser más altos. La idea subyacente de este esquema es que importar insumos sea barato y la agregación de valor dentro del país esté protegida con un mayor arancel.
Para el caso de la importación de bienes y servicios también está el impuesto PAIS. Antes de que viniera el presidente Milei, este impuesto se aplicaba sólo a las transacciones de compra y venta de divisas oficiales (básicamente, la compra de dólares ahorro y turista) con una alícuota del 30% de la transacción. Pero el actual gobierno lo hizo extensivo a la importación de bienes y servicios con una alícuota de 17,5%. Entonces, a partir de diciembre del 2023, el impuesto PAIS encarece el dólar de importación.
Entonces, tomando la alícuota de derecho de exportación general (12%) y un Arancel Externo Común promedio de 16% y el impuesto PAIS, el tipo de cambio real a precios de junio 2024 para la exportación y la importación es como se presenta en el gráfico a continuación.
Dólar de exportación y dólar de importación
En $ a precios de junio 2024
Fuente: LP CONSULTING en base a Ministerio de Economía
Lo que se observa a simple vista es que el dólar exportación va por un lado y el de importación por el otro. Esto tiene una connotación trascendental en la eficiencia general de la economía. La teoría económica dice que un país debe tener estabilidad macroeconómica, con un tipo de cambio sostenible y la máxima inserción comercial internacional. Esto último se explica porque muchas exportaciones implican que el sistema productivo es eficiente porque está en condiciones de competir con el resto del mundo y muchas importaciones ayudan a mejorar la competitividad porque se tiene las mejores máquinas e insumos del mundo y porque obliga a los productores locales, competidores de importaciones, a ser tan eficientes como el mundo.
Pero cuando se tiene que el dólar de exportación es bajo respecto al de importación, la señal de mercado es que se desalienta la exportación (disminuyendo la exigencia de eficiencia al sector productivo local) y se desalienta la importación (disminuyendo la competitividad por restricción al acceso a las mejores máquinas e insumos internacionales y dando margen de ineficiencia a los productores locales que compiten con importaciones).
Otro aspecto interesante del gráfico es octubre y noviembre 2023. En ese período, el entonces Ministro de Economía Massa tenía un atraso cambiario en el dólar de importación que se profundizaba con la inflación lo que llevaba a que se acumularan las importaciones pendientes de pago por falta de reservas. Para obtener reservas inventó el dólar “blend” (que fue primero 70% / 30% y luego 50% / 50%) para colocar al dólar de exportación por encima del dólar de importación. Pero no solucionaba el problema porque las reservas generadas por el mayor dólar de exportación se lo llevaban las importaciones por el bajo dólar de importación.
El presidente Milei puso un esquema y ecuación distinta al que había instalado Massa donde tenía un precio caro de exportaciones y barato de importaciones, en la actualidad es más caro el de importación que de exportaciones, la razón del esquema actual obedece a que al existir una brecha importante entre el dólar importación y exportaciónal estado le permite una renta para financiarse.
Lo cierto es que la economía necesita que se clarifique el actual esquema cambiario, el camino debería ser una unificación cambiaria con eliminación del cepo, pero para que esto pueda implementarse debe terminar de sanear el balance del BCRA, y construir un colchón de reservas importantes a los efectos de tener herramientas para poder amortiguar cualquier corrida cambiaria.
El desafío del gobierno con la ley bases y pacto de mayo aprobado es focalizarse en la gestión e implementación de estas leyes, y para ello debe alinear a sus equipos técnicos de gobiernos para poder lograr una buena y clara implementación de las medidas, y de esta manera ordenar el funcionamiento del estado que hasta ahora se viene postergando.
Argentina si o si deberá volver para el año 2025 a los mercados voluntarios de crédito, y para lograrlo entre otras cosas deberá tener una economía “sin cepo” y con un riesgo país en menos del 1000 puntos, lo cual es clave que este segundo semestre del 2024 pueda terminar de implementar las nuevas medidas con reformas impositivas, laborales y eliminación de regulaciones cambiarias, consolidar el superávit de las cuentas fiscales, tener la inflación en valores cercanos al 2% mensual, y un nuevo programa con el Fondo Monetario Internacional.
Fuente: LP CONSULTING