El ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi, afirmó que las viviendas sociales, atadas a viejos conceptos arquitectónicos, no permiten crecer y, por eso, el plan Casa Propia con el que el Gobierno aspira a darle una solución habitacional a 264 mil familias tiene como bandera la “filosofía peronista de generar clases sociales ascendentes”.
“Una vivienda que se entrega a una persona que se encuentra en una situación económica mala, desde un Gobierno peronista, aspira a que el día de mañana tenga una situación mejor. Y entonces tenga la posibilidad de ampliar un dormitorio, de tener un auto y poder guardarlo, de invitar a su familia o a sus amigos a comer un asado”, reflexionó Ferraresi.
“Nosotros no creemos que haya dos clases de argentinas”, advirtió Ferraresi, para quien este tipo de soluciones no deben estar atadas “a una cuestión de recupero financiero, sino de recupero social”.
“Una vivienda social no permite crecer”, declaró en alusión al tipo de construcciones pequeñas y precarias, levantadas con la lógica de resolver sólo condiciones habitacionales mínimas.
“El tipo de vivienda social es aquella donde en el dormitorio no entra un placard o donde por los pasillos no pasa una silla de ruedas. Tiene un diseño que, por ejemplo, no permite tener un espacio para un auto o no tiene una parrilla. Es un concepto que viene desde hace muchísimo tiempo en función, quizás, de construir más cantidad”, aclaró el ministro.
“Pero la verdad es que no se termina construyendo más, se termina construyendo de mala calidad y no termina siendo algo positivo. Todos los argentinos tenemos los mismos derechos”, insistió.
Con la puesta en marcha de varios planes y proyectos que apuestan a solucionar la falta de vivienda en varios puntos del país (Argentina Construye, Suelos y Procrear II, entre otros), el Gobierno busca “una nueva normalidad que se exprese en una Argentina más federal, de mayor igualdad de oportunidades y de posibilidades de arraigo en distintos lugares, acompañada de un desarrollo productivo”, explicó Ferraresi.
Aseguró que se está trabajando en nuevos instrumentos con la Bolsa de Valores de la Argentina, el Banco Central y otras entidades “para generar herramientas financieras pero que no tengan que ver con la usura o la capacidad económica de cada uno”.
“No es una recuperación financiera, sino que es una inversión social que tiene que ver con un derecho, que a su vez tiene una potencialidad de dinamizar la generación de puestos de trabajo”, subrayó.
Detalló que el plan Casa Propia ya fue sellado con Tierra del Fuego y Buenos Aires y que en marzo se iniciará la construcción de unas 60.000 viviendas, a través de un proceso de transferencia financiera con las provincias y los municipios, que va desde el ministerio que comanda hacia los bancos.
“Esa plata va directamente a las empresas y luego se va a descontar de los bancos sin tener que esperar los tiempos burocráticos. Estamos trabajando con los distintos productores de materiales de construcción para generar un control y lograr que esta gran inversión no vaya a la especulación y a la inflación”, explicó.