Se trata de un estudio que permite detectar la presencia del Virus de Papiloma Humano incluso antes de producir lesiones en el cuello del útero. Contribuye a la prevención de cáncer de cuello de útero.
La red de salud pública de la Municipalidad de Rosario comenzó a realizar estudios a través del método de test de VPH en todos los centros de salud y hospitales.
Este procedimiento es recomendado para las mujeres y varones trans que no se hayan realizado una histerectomía total, a partir de los 30 años, y reemplaza al tradicional método de tamizaje por papanicolaou (PAP).
El estudio se comenzó a realizar –como parte de un trabajo de investigación– en los centros de salud del distrito Oeste en el año 2018. Esta estrategia se destaca en el marco del Día Internacional de Concienciación sobre el Virus de Papiloma Humano (VPH), que se conmemora el 4 de marzo, con la finalidad de sensibilizar a la población sobre prevención de la transmisión de estos virus.
Según Karina Martínez, médica obstetra y coordinadora del área de la mujer de la Secretaría de Salud Pública, la estrategia es realizar en primer lugar un test de VPH, caracterizado como un test de “gran sensibilidad”, que marca una gran diferencia respecto al PAP, dado que el test “da la posibilidad de detectar presencia viral, es decir, presencia del virus de Papiloma Humano”, mientras que el papanicolaou solo permite obtener la presencia de lesiones producidas por este mismo agente patógeno.
“Lo que permite este nuevo test es adelantar la detección del virus a veces incluso antes de que se produzca la lesión”.
Además, esta modalidad permite que las mujeres de más de 30 años que se hayan realizado un test de VPH con resultado negativo, lo repitan a los 5 años, sin la necesidad de acudir así a un estudio anual.
Por su parte, las mayores de 30 cuyo test de VPH de positivo, deberán luego realizarse un PAP que, en caso de ser negativo, deberán repetirlo a los 18 meses para descartar posibles lesiones.
En caso de que tanto el test de VPH como el PAP den positivos, “de acuerdo a lo que informa el papanicolaou se analizan cuáles son los pasos que siguen. Es decir, los controles continúan de la mano de un/a ginecólogo/a o de un/a médico/a colposcopista según el tipo de lesión que tenga la paciente” detalló Martínez.
El proceso es recomendado para mayores de 30 años porque en el caso de las mujeres menores a esa edad el virus suele irse de manera espontánea. “Cuando las mujeres empiezan a tener relaciones sexuales, el 95% la población se infecta con el virus del VPH”, explicó Mariela Giraudo, médica tocoginecóloga del Centro de Salud Parque Sur.
Por eso, la mayoría de estas “son infecciones autolimitadas y transitorias”. En el caso de las mujeres en las que el virus perdura en el cuerpo, esta perdurabilidad se denomina “infecciones persistentes” y es ahí en donde se debe “detectar a las mujeres que tienen el virus y que son las únicas que pueden producir la lesión”, remarcó Mariela Giraudo.
Prevención de cáncer de cuello de útero
El cáncer cervical o comúnmente denominado “de cuello de útero” es el tercer tipo de cáncer más frecuente en mujeres en general y representa el 82% de las muertes de mujeres mayores de 40 años.
De acuerdo a la edad y antecedentes, los y las profesionales de salud determinarán la necesidad de realizar diferentes estudios para la detección precoz de las lesiones pre-cancerígenas.
Es importante tener en cuenta que las niñas y los niños que están en edad de vacunarse para el VPH (Virus del Papiloma Humano) completen el esquema, dado que es una de las medidas más importantes de prevención. La infección por el VPH es la principal causa para el desarrollo del cáncer cervical.
Cabe destacar también que no existen antivirales para el tratamiento del VPH. Sin embargo, “no necesariamente la portación del virus implica que éste pueda producir lesiones” explicó Giraudo. Y añadió: “Eso depende mucho de la inmunidad del huésped. Del 15% de mujeres que da positivo en el test, solo el 5% puede padecer lesiones de distinto grado”.
Esto tampoco significa que todas las lesiones puedan llegar a desembocar en un cáncer sino que algunas van a desaparecer y otras van a continuar, por lo que es importante continuar con el seguimiento para poder analizar cuáles son las lesiones que persisten en el tiempo que se pueden malignizar”, destacó la médica.