Un nuevo documento del Vaticano pregona sobre “la preciosa virtud” de abstenerse a tener relaciones prematrimoniales: “Enseña a todo bautizado el recto uso de su sexualidad”.
El Papa Francisco volvió a estar en los primeros planos de la escena. Este miércoles, el argentino publicó Itinerario catecumenal para la vida matrimonial del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, donde dejó en manifiesto la necesidad de “una pastoral específica para los divorciados vueltos a casar y mujeres que conviven antes del matrimonio”.
“Es mi ferviente deseo que a este primer Documento le siga cuanto antes otro, en el que se indiquen métodos pastorales concretos y posibles itinerarios de acompañamiento, dedicados específicamente a aquellas parejas que han experimentado el fracaso de su matrimonio y viven en una nueva unión o se han vuelto a casar civilmente”, explica Jorge Bergoglio.
Por otra parte, el sumo pontífice continuó: “La castidad debe presentarse como una auténtica ‘aliada del amor’, no como su negación. Es, de hecho, la forma privilegiada de aprender a respetar la individualidad y la dignidad del otro, sin subordinarlo a los propios deseos. La castidad enseña a los recién casados los tiempos y los caminos del amor verdadero, delicado y generoso, y los prepara para el auténtico don de sí mismos que se vivirá luego durante toda la vida en el matrimonio”.
“La castidad, en definitiva, enseña, en cualquier estado de la vida, a ser fiel a la verdad del propio amor. Esto significará, para los novios, vivir la castidad en continencia y, una vez casados, vivir la intimidad conyugal con rectitud moral”, agregó.