Expertos del Instituto brasileño de Medio Ambiente (Ibama) y de la Marina no descartan que el derrame de petróleo que afectó a 314 playas de los nueve Estados de la región nordeste del país, siga rumbo a Río de Janeiro.
Ante esta advertencia, la gobernación de Río desplegó a decenas de bomberos y personal de Defensa Civil para realizar entrenamientos sobre acciones para neutralizar el petróleo e impedir que afecte sus playas.
El derrame de unas 4.000 toneladas de hidrocarburo, que desde inicios de septiembre afectó a más de 480 localidades de la región nordeste, comenzó a llegar esta semana a la provincia de Espíritu Santo, en el sudeste, limítrofe con el Estado de Río de Janeiro.
Según informó el Ibama, se detectaron las primeras manchas de petróleo en la pequeña localidad de Regencia, junto a la desembocadura del Río Doce, cuyas playas aún están contaminadas por el lodo que llegó del derrumbe de una dique en la ciudad de Mariana, en 2015.
La Justicia prohibió el trabajo de los pescadores en Regencia y otras playas de Espíritu Santo, donde los dueños de hoteles temen que este año haya menos turistas por el derrame de petróleo, según indicó la agencia ANSA.
Sobre el tiempo que demorará la limpieza de las playas de petróleo, el Ibama precisó en su sitio web que esta información aún no se conoce ya que para estimar una fecha límite es necesario conocer el volumen total de contaminantes derramados y el origen del derrame, aparentemente lejos de las costas brasileñas. Y agregó que “algunas playas que ya estaban limpias fueron afectadas por nuevas manchas de petróleo”.
Télam