El plan de “emisión cero” no es lo que el mercado quiere

El esquema implementado por el ministro de economía de “emisión cero” e interviniendo el mercado de cambios apunta a calmar la tensión y alta volatilidad de los distintos tipos de cambios para bajar la brecha, postergando la acumulación de reservas del BCRA. El mercado pide exactamente lo contrario, y lo factura en el precio de los bonos y la suba del riesgo país.

Al FMI y a los inversores internacionales no les cayó bien el anuncio de las últimas medidas anunciadas por el ministro de economía porque ellos quieren que haya unificación cambiaria, salida del cepo y que el Banco Central acumule dólares para devolverles la deuda que Argentina tiene con ellos en dólares.

La jugada del gobierno implica exactamente lo contrario. Mantener el cepo para acumular dólares por la diferencia entre el dólar paralelo y el oficial. Por esto, se calmó el dólar paralelo; pero a costa de caída en los bonos argentinos y el aumento del riesgo país.

El mercado apuesta a que el gobierno tendrá que ajustar al alza el dólar oficial. El gobierno apuesta a bajar la inflación al nivel de su pauta de devaluación del 2% mensual.

Para entender el análisis miremos el grafico a continuación descripto.

Fuentes de variación de la base monetaria

 En billones de $ a precios de junio 2024

Fuente: LP CONSULTING en base a BCRA

En el gráfico se observa que, en los últimos 20 años (2003 – 2023), la principal fuente de creación de base monetaria (emisión de dinero) fueron las transferencias al Tesoro, siguiéndole pegado atrás los intereses de los pasivos remunerados ypegado en el tercer puesto la compra de dólares oficiales. Luego, la venta de pasivos remunerados fue muy fuerte, pero insuficiente para absorber todo lo que emitían estas tres fuentes de emisión (Tesoro, intereses Leliq y compra de dólares oficiales).

En el 1° semestre del 2024 –cuando el presidente Milei y su Ministro de Economía pican en punta– se observa lo siguiente. Hay una substracción de pesos del mercado porque, no sólo que se deja de emitir para el Tesoro, sino que el Tesoro le devuelve emisión pasada al Banco Central. Los intereses de pasivos remunerados bajan porque baja la tasa de interés y la venta de pasivos remunerados también baja; por esto último, es que se observa un aumento de emisión que luego el Tesoro los absorberá con títulos del Tesoro para depositar esos fondos en el Banco Central (no los gasta).

¿Cómo sigue esta historia?

Desde el punto de vista de la economía real, la jugada del gobierno es volver a un orden monetario asimilable al de la convertibilidad.

La astricción monetaria de la jugada de gobierno hará subir la tasa de interés de mercado, contrayendo el crédito y posponiendo la salida de la recesión económica. Pero, bueno, es la forma ortodoxa de bajar la inflación. Es la forma dolorosa, también.

Bajando la inflación –supóngase al 2% mensual–, el dólar oficial esta “retrasado” para los altos costos de producción que hay en la Argentina (altos y malos impuestos, regulaciones laborales y del mercado de productos y servicios perversas, economía cerrada con altos costos de insumos, altos costos de transporte y logística, corrupción, etc.).

Para que la economía sea competitiva con un dólar oficial a $1.000 que se ajusta 2% mensual se necesita una desregulación y una transformación del Estado significativa, similar a la que hubo en la década de los ‘90s que permitió que la convertibilidad durara 10 años.

Este es el desafío del flamante Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado.

Veremos cómo sigue.

Fuente: LP CONSULTING