Durante la jornada del jueves, el Municipio giró al Concejo el proyecto de Presupuesto 2010, con erogaciones del orden de los 1500 millones de pesos.
El mismo no prevé aumentos en ninguno de los tributos municipales, confiando en la potencial llegada de unos 100 millones de pesos, provenientes de la reforma tributaria provincial.
En lo posible, será tratado dentro de siete días, pero aún no hay confirmación de ello, por lo que no se descarta que sea discutido con la nueva conformación del Poder Legislativo.
Del monto total proyectado, que es de un 16,5% más de lo previsto para el Ejercicio 2009, se priorizan gastos en las carteras de Salud, Promoción Social, Cultura y Servicios Públicos, donde se concentran casi el 60% del Presupuesto -unos 866 millones-.
En tanto, el pago de sueldos suma unos 670 millones, es decir, un 46%.
La sorpresa en este caso vino por el lado del mantenimiento en las tarifas de los tributos municipales, ya que según declaraciones del mismo Miguel Lifschitz, se manejaba la posibilidad de un aumento en la Tasa General de Inmuebles (TGI). Esto quedó descartado con el envío en la Legislatura provincial del proyecto de "armonización", que prevé una reforma en el régimen tributario de Santa Fe, que otorgaría mayores recursos a Municipios y Comunas.
Rosario se vería beneficiada en unos 100 millones de pesos. El detalle de los fondos refleja que el 53% son municipales (301 millones de pesos corresponden al Derecho Registro e Inspección (DReI) y 191 millones de la mencionada TGI, mientras que los provinciales representan el 23% y los nacionales, el 21%. Cuándo se trata, un misterio.
Aunque la idea original es que el Presupuesto sea tratado antes del recambio legislativo venidero, todo hace creer que será evaluado por la nueva composición del Concejo. Es que el proyecto recién fue girado ayer, al término de las sesiones ordinarias, y todavía no se ha aprobado su ingreso.
Es más: la mayoría de la oposición todavía no ha podido realizar una evaluación del mismo. En diálogo con IMPULSO, el edil radical Jorge Boasso se quejó de esta situación, al decir que "ellos (el socialismo) se manejan así: primero hacen el marketing político en la prensa, y después nos lo mandan a nosotros".