2013 es un año verdaderamente misterioso para Apple. Con la excepción de la Conferencia para Desarrolladores (WWDC) que tuvo lugar el pasado mes de junio, la firma que dirige Tim Cook rompió con las tradiciones impuestas por Steve Jobs que le permitieron ser la empresa que hoy es.
Entre octubre de 2012 y junio de 2013, la compañía presentó oficialmente un sólo producto de hardware: su nueva MacBook Air con mejoras en su procesador y en la duración de la batería. Nada más.
Para tratar de disimular la falta de novedades, mostró un adelanto de la renovada Mac Pro, aunque la misma estará recién a la venta a finales de año (nunca antes la firma había prometido un producto con tanta antelación, con excepción del iPhone original).
En términos de software, decidió romper con la costumbre de rotular a los sistemas operativos de sus computadoras Mac con nombres de felinos, y con cambios (muy) menores, decidió nomenclar al flamante OS como Mavericks.
La gran apuesta pareció enfocarse en iOS 7, que muestra, tal como presentó IMPULSO en diferentes informes, cambios en su apariencia y performance, algunos criticados, como la elección de la iconografía plana y saturada de colores.
Sin embargo, la empresa que hasta hace unos meses era la de mayor valor de mercado, entró en una meseta. Miles de rumores surgen en la web día a día, todos refiriéndose al iPhone 5S, iPhone 6, iPad 5 e incluso al iPad Mini 2.
En ninguno de los casos parece haber coincidencia. Si bien se insiste en un iPhone más económico, Apple ya tiene productos más accesibles. Las versiones precedentes al iPhone 5, como el iPhone 4S se puede comprar en U$S 99 (más impuestos) en Estados Unidos y el iPhone 4 se obtiene de forma gratuita (también en suelo norteamericano y en otros países) contratando un abono de dos años.
En este contexto, ¿es necesario que Apple lance un producto que rompa con la impronta de calidad de la marca?.
En otras notas de opinión, nos preguntamos porqué la firma no seguía con el iPhone la misma tendencia que con los iPods que se consiguen en distintas versiones. Pero en este lineamiento, el actual iPhone 5 debería ser el modelo de entrada, que le de paso a nuevos terminales con funciones realmente revolucionarias, que permitan recuperar el sentido de lo que es (era) la marca.
Hoy el iPhone es el smartphone de alta gama con menor calidad de prestaciones de hardware. Tanto los modelos Nokia Lumia 920, Lumia 925, Lumia 1020, Samsung Galaxy S4 y HTC One, lo superan en todos los aspectos: cámara, calidad de pantalla y procesador, entre otros apartados.
Y si bien, Apple ostenta tener el teléfono más elegante del mercado con un completo ecosistema, ya no puede presumir de ser el móvil más avanzado. Su pantalla Retina Display, por ejemplo, quedó completamente relegada frente a todos los equipos recién mencionados.
Tim Cook claramente no es un hombre visionario, ni de tomar decisiones arriesgadas como Steve Jobs. Cook manejaba el stock y los números de la empresa. Pero era Jobs el que decía cuándo, cómo y qué producto lanzar y hacía adonde se tenía que ir.
En el erróneo camino tomado tras el deceso de Jobs, Apple hasta borró la popular frase "One More Thing" (Una Cosa Más) en la presentación de productos, que era una marca registrada que provocaba las ovaciones de los fanáticos.
2013 es, claramente, un año misterioso para Apple. Tan misterioso, que parece haber perdido el rumbo.