El partido “fantasma”, así se lo llamó al que disputaron las dos Coreas, técnicamente todavía en guerra, y finalizó 0-0 en Pyongyang. No hubo público en el estadio ni cobertura periodística y sí un vacío decretado por el Gobierno del país norcoreano.
En el choque, tal vez como observador, estuvo presente el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, que vivió de primera mano un encuentro histórico, pues era el primero oficial entre estas dos selecciones en Pyongyang en toda la historia. Lo que no sabemos si esto representó una vergüenza para el pope del fútbol mundial o bien una demostración de que el deporte puede unir lo que la ideología y la guerra separa.
Apenas hubo información del partido, aunque la Federación de Corea del Sur se las ingenió para ir dando una especie de directo del choque en Twitter. En él solo se reseñaron los cambios, las amonestaciones y lo más básico del encuentro, probablemente narrado por alguno de los miembros de la delegación surcoreana en el partido.
Hay que recordar que Corea del Norte solo había expedido visados al cuerpo técnico y los jugadores de sus vecinos del sur y no permitió la retransmisión internacional del encuentro, de ahí que no hubiera prácticamente información del mismo.
Los únicos antecedentes en China y un amistoso hace más de 30 años, este dato no hace sino confirmar el evidente conflicto entre los dos países. Del partido, poco que contar, pues no hay más noticias según lo cuenta el portal Besoccer.