El consumo de supermercado sufrió con la crisis del 2019 y la pandemia y no se recuperó más. Mirando la actividad de comercio general y las conductas de consumo de la gente dentro del supermercado aparece un claro cambio de patrón de consumo. La gente está prefiriendo los negocios de cercanía y las plataformas de internet para consumir.
El consumo en supermercados en la provincia de Santa Fe está en el nivel más bajo de los últimos 6 años. El primer golpe lo recibió en el 2019 con la crisis cambiaria luego reforzado por la pandemia en el 2020. Lo que llama la atención es que el 2022, que fue el año de la salida de la pandemia con los comercios retornando a la actividad normal, sin restricciones al acceso de clientes, el consumo en supermercado volvió a caer. En el 2022, el consumo de supermercados está un 14% por debajo de lo que estaba cuando comienza la serie en el 2017.
Ventas de supermercados en la provincia de Santa Fe
A precios constantes // 2017 = 100
Fuente: LP CONSULTING en base a IPEC – Santa Fe
Definitivamente hay un cambio de patrón en el consumo de la gente. Esto surge del hecho de que la actividad comercial en su conjunto (total comercio) tuvo un comportamiento similar al consumo de supermercados en la crisis del 2019 y en la pandemia en el 2020, pero luego tuvo un marcado rebote. De hecho, el consumo total en comercios fue en el 2022 un 9% superior al 2017. Aumentó la actividad comercial general y cayó la actividad en supermercados.
Una manera de profundizar el cambio de patrón de consumo es observando el cambio que se produjo dentro de los supermercados. Tomando la variación del consumo por producto en el periodo que va entre el 2017 y el 2022 aparece que la gente que va al supermercado consume bastante más bebidas y algo más de carne. En cambio, compra menos lácteos, limpieza y perfumería, frutas y verduras, almacén y panadería. Esto señala que la gente estaría prefiriendo comprar los alimentos básicos y los artículos de limpieza en los almacenes de cercanía.
La misma tendencia sucede con los artículos del hogar. La gente compra menos electrónicos y artículos del hogar en los supermercados posiblemente porque a estos artículos los pasó a comprar más por las plataformas de internet que son más cómodas y prácticas para elegir, e incluso tienen más ofertas de financiamiento en cuotas.
Consumo en supermercado por tipo de producto
Variación 2017 – 2022
Fuente: LP CONSULTING en base a IPEC – Santa Fe
Lo que cayó fuerte dentro de los supermercados es la ropa y la rotisería. En el caso de la ropa seguramente influyó que el precio de la indumentaria es uno de los que más subió desde el 2019. Para tener una idea, el precio de la ropa en Santa Fe subió un 475% desde diciembre del 2019 cuando la inflación general en la provincia fue de 320%. Pero también debe haber habido un cambio de patrón de consumo llevando a la gente a comprar la ropa más en los pequeños comercios donde hay más informalidad lo cual permite acceder a menores precios. Además, la indumentaria que generalmente se vende en los supermercados no es de marca o de diferenciación, como es la de shoppings, sino que se trata de indumentaria de marca blanca que compite con los negocios informales.
El consumo de rotisería en los supermercados cayó casi a la mitad. Esto seguramente que responde a la masividad que alcanzó el consumo de rotisería con pedido a domicilio por las plataformas de internet. La gente ahora tiene muchas más ofertas por internet que le llevan la comida hecha directamente a la casa sin necesidad de ir hasta el supermercado a comprarla.
Las nuevas tendencias
Parece que a nivel de supermercados las tendencias son a los mini-mercados que son de cercanía. De hecho, esto es lo que está observando en los desarrollos que están haciendo las cadenas de supermercados más importantes. Están pasando del hiper a la cadena de mini-mercados cerca del vecino.
Otro factor que también empuja a la gente a buscar el negocio de cercanía en lugar del supermercado es que, a diferencia de lo que pasó en los países más avanzados, en Argentina no hubo cambio tecnológico en las cajas. Se sigue cobrando con cajeros humanos lo cual genera filas y esto seguramente juega como un desaliento para las personas que no van a hacer una compra grande. Si los supermercados tendieran a pasar al auto-cobrado, con la tecnología apropiada de vigilancia, podría haber mucha más agilidad para comprar y así la gente tendería a volver al supermercado.
FUENTE: LP CONSULTING