El déficit de balanza comercial entre exportaciones menos importaciones en el 2023 está en el orden de los USD 1.000 mensuales. Este nivel es equivalente al que había en el 2017 cuando había abundancia de dólares prestados que luego acarrearía la crisis cambiaria del 2018.
Cuando se mira la dinámica al interior de la balanza comercial aparece que se desplomaron las exportaciones ligadas al campo (primaria y agroindustria) y hubo que desplomar la importaciones de bienes de consumos e intermedios (insumos) para mantener –a cuentagotas– las importaciones de bienes de capital y repuestos para no agravar el freno a la producción. Aquí es donde la sequía metió la cola, agravando obviamente los efectos perversos sobre el comercio exterior del cepo.
Ya hay algunos datos del impacto de la sequía. Están los resultados de la soja de la campaña 2022 / 2023. Lo que surge es lo que se ve a continuación.
Producción de soja en Santa Fe
Millones de toneladas
Fuente: LP CONSULTING en base a MAGyP
El impacto de la seca fue durísimo en Santa Fe. El promedio de producción de soja de la provincia en lo que va del presente siglo es de 10 millones de toneladas y la sequía 2022 / 2023 la redujo a 3,8 millones o sea al 38% de lo que se venía produciendo históricamente. Es por lejos el peor año para la soja en los últimos 20 años.
Deja hechas “un poroto” a las secas del 2008 / 2009, que frenó una seguidilla de muy buenos años climáticos y de precios que se venían dando desde el 2002y a la del 2017 / 2018 que desató la crisis cambiaria de Macri. La sequía 2022 / 2033 fue un verdadero “mazazo”.
… y en el resto de las provincias?
El golpe fue fuerte, pero no tanto como en Santa Fe. En el resto de las provincias el promedio histórico de los últimos 20 años venía siendo de 36 millones de toneladas y la seca 2022 / 2023 hizo caer la producción de soja a 21 millones o sea a un 58% del valor histórico. De hecho, en el resto de las provincias el impacto de la seca no es diferente a la de la seca 2008 / 2009 y no es tan pronunciada la caída respecto de la seca 2017 / 2018.
Producción de soja en el resto del país
Millones de toneladas
Fuente: LP CONSULTING en base a MAGyP
Otro fenómeno que muestra la mayor intensidad que la seca tuvo en Santa Fe es la relación cosecha / cultivo que en las últimas tres campañas (2019 / 2020; 2020 / 2021; 2021 / 2022) venía siendo en todo el país del 99%. Es decir, se venía levantando toda la producción sembraba.
En la campaña 2022 / 2023 en Santa Fe esta relación cayó a 86% mientras que en el resto de las provincias a 91%. O sea que, además de que los campos que rindieron lo hicieron a bajo rinde, muchos sembrados en Santa Fe se “quemaron” por la falta de agua.
¿Cómo fueron los resultados a nivel país?
El promedio histórico de los últimos 20 años de producción de soja de todo el país era de 46 millones de toneladas. En la campaña 2022 / 2023 cayó a 25 millones de toneladas. O sea, cayó casi a la mitad. Esto es lo que pegó en la balanza de pagos.
En cadena con esta caída, los ingresos por retenciones del estado se desplomaron y sin ninguna previsión realizada y con reservas a niveles negativos ajustaron aún más el cepo a las importaciones, dejando sin dólares oficiales a la producción doméstica afectando directamente a la actividad económica, encontrándonos en la actualidad en un escenario de alta inflación más recesión.
Los pronósticos para la próxima campaña en materia climática son muy favorables donde estimaciones dan que se mejorarían las producción agrícolas muy por encima de los promedios históricos, sumados a que en la región de los países que son consumidores de nuestros productos los pronósticos son desfavorables hacen que la proyección sean altamente buenas en cantidades de futuras exportaciones con precios a las alza sean un verdadero ánimo para todo el sector agropecuario, ojala el próximo gobierno este a la altura de las circunstancia y poder dar las herramientas que el sector necesita y viene solicitando en las distintas mesas agropecuarias.
Reflexión final
Si Argentina fuera un país normal, con una macroeconomía estabilizada y equilibrada (tasa de interés-inflación-dólar oficial), equilibrio fiscal (para que el Estado no absorba financiamiento del mercado), políticas activas impositivas para el sector agroindustrial (retenciones aplicadas por segmentos de producción y baja de impuestos distorsivos), con un mercado financiero de largo plazo para la producción y atracción de nuevas inversiones (seguridad jurídica y financiamiento acorde al sector privado), seguramente hubiese permitido que todo el sector agropecuario esté mucho mejor invertido en herramientas para poder atenuar el riesgo a cielo abierto(sequias, heladas e inundaciones) como lo es el negocio del agro y con altas probabilidades de tener “riego artificial”, entre otras cosas.
Sería un país predecible. Lo que no debería ser mucho pedir.
Fuente: LP CONSULTING